Los goles de Torres y Camilo sentencian a un Parquesol que en ningún momento tanteó el triunfo

Que un derbi tenga escasez de buen fútbol es habitual; que en un derbi se vean pocos goles es hasta comprensible ya que a veces es mayor el miedo que el riesgo; pero que en un derbi falte intensidad es un hecho preocupante, sobre todo para el equipo que vive de ella para vencer. Es el caso del Parquesol, que fue superado con creces este sábado por un notable Real Valladolid B.
Podría resumirse el encuentro en tres caras. La del portero naranja Edu, colorada, tras noventa minutos de trabajo sin pausa, y a la vez triste por no obtener resultado; la de su homólogo Miguel, impoluta después de un día plácido, y risueña por un triunfo que en un principio se antojaba complicado. Y, por último, la del espectador, contrariada, que acudió al campo con ganas de derbi y se fue con más ganas de echarse la siesta.
Porque el encuentro no resultó vistoso ni apacible, aunque sí eficaz para el Real Valladolid B, que se llevó el triunfo con todo merecimiento. El derbi fue, más bien, eso que pasó entre ocasión y ocasión blanquivioleta.
Desde el primer minuto hasta el último, los de Juan Carlos Pereira no dejaron de buscar la portería rival, aunque se topaban una y otra vez con Edu que, si bien cometió errores de bulto, se convirtió en el máximo responsable de que el partido no concluyera con goleada.
A los cuatro minutos, Camilo ya advirtió de qué equipo iba a mandar y, minutos más tarde, Adri lo confirmó, con una nueva ocasión. Precisamente él fue el encargado de dejarle en bandeja el primer tanto a Torres, y así adelantar a su conjunto después de media hora en la que el Parquesol parecía no haberse bajado del autobús.
Tampoco lo hizo en el cuarto de hora siguiente, si bien consiguió irse vivo al vestuario. Sin duda fue la mejor noticia después de ver cómo, al contrario que hace siete días, no salía nada con balón y, lo que es más preocupante, tampoco sin él. Aparte de falta de control –en ningún momento del choque disfrutaron de él–, a los de Manu Olivas les faltó intensidad –y ya es raro– hasta el punto de que todas las pugnas y segundas jugadas caían del lado local.
El Pucela no sentenció; el Parquesol no aprovechó
Y, con vida, todo el mundo esperaba a un Parquesol con ganas de comerse el campo, pero nada más lejos de la realidad. El choque continuó por los mismos derroteros, con la diferencia de que el Real Valladolid B no mantuvo el control férreo del primer acto, y eso propició a los naranjas la oportunidad de soñar con el empate. Pero ni la generosidad pucelana fue suficiente.
No obstante, la marcha que rebajó el conjunto local no le impidió atacar. Sobre todo por un costado izquierdo, donde no dejó de insistir con Castri, que dio un recital de pundonor, aunque muchas veces el centro no era rematado o, si había finalización, se marchaba al limbo, pero a falta de siete minutos la jugada sí dio sus frutos.
Vallecillo remató en el primer palo un pase de Castri para así terminar con cualquier hilo de esperanza de un Parquesol que, solo a partir de ese instante, jugó en campo contrario. Pero para entonces el dos a cero ya era una losa imposible de levantar, y ni siquiera el larguero de Luengo en el descuento asustó a un Real Valladolid B que ya saboreaba su tercer triunfo de la temporada.
Merecido –por supuesto–, a la par que imperfecto, ya que jugó con fuego cuando solo tenía un gol de ventaja. En esta ocasión le salió bien, primero porque su rival no se encontró en el campo ni se vio con opciones de ganar y, segundo, porque el partido en sí no mostró la tensión suficiente como para hacer bailar el resultado. Es más, toda el nerviosismo que sobró en los banquillos, faltó en el terreno de juego.
En resumen, los pucelanos siguen líderes, con pleno de victorias, mientras que el Parquesol verá cómo pierde posiciones tras cosechar una segunda derrota que, más allá del resultado, que tampoco fue catastrófico, deja unas sensaciones muy poco halagüeñas si se piensa en un objetivo ambicioso.
Real Valladolid B: Miguel; Herva, Esti, Méndez, Salamanca; Prada, Adrián Carrión, Maroto; Torres, Camilo y Castri.
CD Parquesol: Edu; Lucas, Álvarez, Cebri, Rui; Arroyo, Gonza, Pablo, Sobas; Mata y David.
Goles: 1-0, minuto 31: Torres; 2-0, minuto 84: Vallecillo.
Árbitro: El colegiado Rivera García dirigió junto a sus asistentes un choque en el que amonestó con tarjeta amarilla Esti, del Real Valladolid B y a Arroyo y Edu, del Parquesol. Además, expulsó al técnico blanquivioleta, Juan Carlos Pereira.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 3 del Grupo III de la Liga Nacional, celebrado en Los Anexos, ante 300 personas.