Jaime Mata e Iván Alejo volverán a reencontrarse con el Real Valladolid este viernes en un partido muy especial para ambos

Bien lo dice la canción. Algo se muere en el alma cuando un amigo se va, y va dejando una huella que no se puede borrar. Pues imaginen la situación si son dos los colegas que han tenido que emprender rumbo a tierras lejanas buscando mejor fortuna. Bueno, es cierto que ni las tierras son tan distantes ni probablemente el drama sea tan terrible, pero si una cosa está clara es que algo se les removerá en las entrañas a Jaime Mata y a Iván Alejo este viernes cuando les toque ponerse delante de todo un Real Valladolid.
Y es que la situación no es baladí para ninguno de los dos. Cada uno con sus circunstancias, lo cierto es que no les va a quedar otra alternativa que enfrentarse al equipo de sus amores. Y todo apunta a que lo harán con la vitola de titulares en la formación de José Bordalás. ¿Celebrarían un potencial gol? La lógica dice que no, pero obviamente se trata de un secreto que por ahora solo saben ellos.
Tiempos pasados
La historia de Iván Alejo se remonta a verano de 2011. Tras el paso por categorías inferiores con la camiseta blanquivioleta, el vallisoletano decidía emprender una nueva aventura en la cantera del Atlético de Madrid con apenas dieciséis años. Poco tardó en demostrar su calidad para acabar realizando una pretemporada con el primer equipo colchonero en 2013, para después ser convocado por primera vez con la Selección Sub 19.
No se detuvo a la hora de hacer camino y fue desde ese momento cuando siguió creciendo en diferentes equipos. Primero firmó con el Villarreal y acto seguido con el Alcorcón, donde brilló en la 2016/17 para que todo un Eibar de Primera División decidiera fijarse en él. Poco a poco aquel chavalillo salido de Valladolid demostraba por qué varios ojeadores de España apuntaron su nombre cuando tan solo jugaba en Los Anexos.
Fue allí, con la camiseta armera, donde comenzó la montaña rusa de sensaciones. Tras un buen comienzo de temporada a las órdenes de José Luis Mendilibar, pronto Orellana y otro viejo conocido blanquivioleta como Pedro León terminaron por ganarle la partida, de manera que llegó a protagonizar imágenes que llamaron la atención a nivel nacional como cuando lloró desconsolado en el banquillo tras ser sustituido cuando él mismo ya había ingresado como suplente en un Girona – Eibar del pasado mes de mayo. Ahora su desembarco en Getafe no tiene otro objetivo que la redención.
Y por otro lado está Jaime Mata. Poco hace falta decir de él. O bueno, en realidad todo puede resumirse en seis palabras: dos temporadas, cuarenta goles, un ascenso. De vallisoletano tiene poco, pero él ya tiene grabado a fuego la ciudad del Pisuerga en su memoria. Solo un acuerdo precipitado con el Getafe separó los caminos del club blanquivioleta y el delantero madrileño antes de tiempo.
Por supuesto para él también será un partido especial. Extraño por tener que tener que esquivar jugadores pucelanos en vez de buscar aliados en ellos, pero especial. Y es que en la retina de muchos siguen todavía las desconsoladas lágrimas de Mata subido al escenario de la Acera de Recoletos en la celebración de un ascenso apoteósico.
Se da la circunstancia además de que ambos llegan al choque de este viernes en condiciones muy similares en este arranque de temporada. Es más, mirar sus números llama la atención. Ambos fueron suplentes en la primera jornada frente al Real Madrid, donde el Getafe hincó la rodilla por 2-0, pero los dos pisaron el césped del Bernabéu como revulsivos mediada la segunda parte. Y la semana pasada pusieron su granito de arena, ya como titulares, en la victoria por 2-0 en el Coliseum Alfonso Pérez contra el Eibar.
La similitud es tal que ambos fueron también sustituidos en este último partido y por el momento cada uno ha visto una tarjeta amarilla. Quizá su pasado vallisoletano, que este viernes volverá a aflorar, tenga algo que ver.