El Real Valladolid B estrena el curso empatando a dos contra la UD Sanse, que pudo marcharse de Los Anexos goleada

Foto: Sergio Borja
El esperado debut del Real Valladolid Promesas en su quinta temporada seguida en la Segunda División B estuvo plagado de tópicos, desde el de quien perdona paga hasta el de que hasta el rabo todo es toro. Y se le pusieron todos en contra, cuando lo suyo hubiera sido conseguir una victoria plácida, merced al juego estimulante que desplegó, que le permitió ponerse dos veces por delante de la UD Sanse y disponer de un buen puñado de ocasiones.
Pese a un primer aviso de los madrileños, pronto el filial se hizo dominador, gracias, sobre todo, a su estrenada brújula: Kike Pérez. El manchego dio un recital de dirección que estuvo acompañado de la alta actividad de otros futbolistas como Pedrosa, Javi Pérez o, sobre todo, Waldo. Así, tras una primera ocasión de Corral en un saque de esquina, comenzó el show gambeteador de extremo diestro.
Cerca del cuarto de hora, el ’11’ se marchó entre tres rivales y, encimado por otro, en el pico del área, golpeó seco y duro abajo, pero su disparo se perdió cerca de la cepa del poste. Más tarde lo volvería a intentar con un tiro lejano que paró Carlos Morales en dos tiempos y con una galopada desde su propio campo que acabó con el despeje a córner del portero.
Entretanto, el volumen de juego era muy alto, altísimo para tratarse de la primera jornada y para lo condicionada que estuvo la pretemporada, con jugadores en el primer equipo y otros lesionados. No importó para someter a un rival que apenas amagó en un testarazo de JC en un saque de esquina y que se vio por debajo en el marcador después de un golazo de Kike Pérez a la media hora. El mediocentro, más que disparar, ejecutó la falta como un pase a la red.
De las progresiones por dentro, por donde se asociaban los dos Pérez, Pablo o Pedrosa, nacía un peligro latente todo el rato, que llegaba cuanto menos hasta la frontal y que el filial no fue capaz de aprovechar a mayores. Lo bueno es que atrás no sufría, con el debutante Seydou Saeed como inesperado líder de una defensa que, sin embargo, concedió un libre directo en la frontal a última hora.
El perfil era el mismo que había aprovechado el Promesas para ponerse por delante y el golpeo, siendo distinto, fue magistral. Andy Escudero empató con otro golazo en la última acción del primer periodo y dejó cierta sensación de fastidio, puesto que su equipo apenas había sido capaz no ya de encontrarle con anterioridad, sino directamente de encontrarse y de tener el esférico.
La segunda mitad comenzó de la misma forma que fue la primera y los locales no tardaron en adelantarse de nuevo. Antes de que se cumplieran los dos minutos Waldo volvió a culebrear y disparó al palo corto, haciendo el dos a uno que volvía a llevar la justicia al tanteador. Casi a continuación rozó el tercero y poco después Pedrosa hizo lo propio en una jugada personal que resolvió por su cuenta, pese a tener a Pablo solo en el corazón del área.
El Promesas volvió a acumular futbolistas en campo rival, a sumar posesión, a intentarlo con ahínco. Pero, a la hora de encuentro, Manolo Cano dio entrada a Sergio Castel y con ello cambió el escenario; el Sanse pasó a jugar con dos delanteros y con esa presencia empezó a volcar el juego de un modo más directo y, al fin, amenazante. El propio Castel tuvo un par de ocasiones al poco de entrar y Perales dispuso de otra, pero Diego Barrios siempre respondió bien.
Al tiempo que los madrileños amasaban cada vez más el balón, los vallisoletanos se iban hundiendo cada vez un poco más, aunque salían con peligro al contragolpe. El más claro llegó ya con los blanquivioletas definitivamente pertrechados frente a su puerta, defendiendo con cinco en el fondo, en un dos para uno que JC salvó de manera providencial cuando Pablo se disponía a embocar.
Y como sí, la mañana era de tópicos, quedaba todavía uno por cumplirse: el de que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y lo hizo en favor del Sanse, que después de disponer de hasta tres oportunidades, empató otra vez sobre la bocina favorecido por un error en la defensa de una falta alejada. El envío lejano fue prolongado por un blanquivioleta en la frontal y Christian Perales marcó con un cabezazo picado que bajó los brazos y dejó con la miel en los labios a los locales.
El sabor de boca final, por dicho tanto, seguramente no fuera el mejor, como certificó con su amargo lamento en la posterior rueda de prensa Miguel Rivera. Sin embargo, y siendo lógica esta sensación provocada por el resultado, el Promesas fue mejor que su rival (de ahí el malestar) y mereció no solo ganar, sino hacerlo por más de un gol. Lo bueno es que si el inicio es así, solamente cabe pensar en que la línea de crecimiento traerá muchos resultados mejores en busca de una permanencia que, de confirmarse lo visto, será menos sufrida que el pasado curso.
Real Valladolid Promesas: Diego Barrios; Raúl Navarro, Mario Robles, Seydou Saeed, Corral; Pablo, Kike Pérez, Javi Pérez, Waldo (Alberto Gil, min. 80); Pedrosa (Abel, min. 84) y Miguel (Carrascal, min. 63).
UD San Sebastián de los Reyes: Carlos Morales; Valverde, Bruno Rivada, JC, Iván Pérez; Zazo, Andy Escudero (Sergio Castel, min. 60); Carlitos, Galindo (Pablo Martínez, min. 68), Agüero (Rubén Sánchez, min. 56); y Christian Perales.
Goles: 1-0, min. 30: Kike Pérez. 1-1,min. 45+: Andy Escudero. 2-1, min. 47: Waldo. 2-2, min. 92: Christian Perales.
Árbitro: Fuente Martín, del Colegio Cántabro, estuvo asistido en las bandas por Ramos Cinos y De la Teja Gómez. Expulsó por roja directa al madrileño Rubén Sánchez en el minuto 89 y amonestó al local Kike y a los visitantes Juan Carlos y Agüero.
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada en el Grupo I de Segunda B disputado en Los Anexos ante unos 500 espectadores.