La tecnología de videoarbitraje anuló el gol de Keko en el descuento al determinar que el extremo se encontraba en posición de fuera de juego

Foto: LFP
El VAR fue el protagonista en el encuentro entre el Real Valladolid y FC Barcelona, que acabó con un 0-1 a favor de los azulgranas. Cumplidos los noventa minutos, con un Pucela al ataque que trataba de imponerse al tremendo cansancio fruto de un descomunal esfuerzo, Calero ponía un centro medido para Keko, que remataba al fondo de las mallas desatando la euforia en Zorrilla.
Camiseta al aire del goleador, locura en la grada y mensajes al pinganillo del colegiado. En ese instante, De Burgos Bengoetxea pedía paciencia ante un posible fuera de juego que desde la cabina de videoarbitraje revisaba Mateu Lahoz. Después de unos minutos de desconcierto se confirmaba la catástrofe: el tanto del empate no valía. Keko estaba en posición ilegal.
Si bien es cierto que el estadio blanquivioleta se había preparado para su estreno en Primera con reformas en un césped que al final no dio la talla y con la instalación del ya conocido vídeo arbitraje asistente, jamás se hubiera pensado que la utilización de esta nueva tecnología tendría que aplicarse tan pronto y con tan mal resultado para los locales.
El premio del empate, merecido al menos por el desgaste y la entrega que demostraron los pupilos de Sergio González, se desvaneció después de que la precisión de la línea demostrara que Keko Gontán tenía el cuerpo ligeramente adelantado. Y es que el fuera de juego del extremo es tan justo que es difícil de pitar incluso con la línea digital que se tira desde el pie del último defensa, en este caso Gerard Piqué, el primero en reclamar la consulta.
Por desgracia para los pucelanos y fortuna para el fútbol, pues parece ser que se avanza hacia una competición más justa, el Barcelona se llevó un triunfo en un partido no apto para cardíacos, sobre todo en los últimos instantes. De nada sirvieron las reclamaciones de los blanquivioletas, pues ya había dictado sentencia un Mateu Lahoz que había sido protagonista entre semana debido al malestar en Barcelona por la designación.
De hecho, incluso Carlos Suárez fue preguntado por ello, aunque restó importancia a la designación de este árbitro poco querido en ‘camp Barça’. «No me preocupa el tema arbitral ni creo que el Barcelona deba hablar de eso. Su coste de plantilla estará en los 400 millones y el nuestro 20. «Teniendo a Messi o Suárez en el campo no deben preocuparse si está Mateu u otro. Si están en Primera es porque son buenos», afirmó el pasado jueves en rueda de prensa.
Partido de Primera, césped de Segunda
Zorrilla volvía a la máxima categoría del fútbol español con la ilusión que merece un encuentro de tal altura y con un campo reformado para la ocasión. A lo largo de la última semana, el cuadro castellano publicaba en su web y redes sociales cómo avanzada el estado de su césped, que antes de que se iniciara el duelo frente al Barça lucía un maravilloso color intenso, aunque poco tardó en ensuciarse.
Las obras para mejorar el sistema de drenado requirieron levantar todo el verde. El intenso trabajo de los operarios consiguió tener el estadio a punto para la esperada cita, pero la duda estaba si el terreno de juego aguantaría en óptimas condiciones una vez los jugadores pusieran sus botas sobre él.
Apenas pasado el primer cuarto de hora, los bultos y trozos de tierra demostraron que la tan ansiada alfombra que demandan muchos jugadores para que el balón vaya rápido no era más que un vasto manto arrugado. Muchos pases se toparon con baches que comprometían su dirección e incluso algunos jugadores como Toni resbalaron en algún momento con los hoyos que dejaban los tacos.
Al descanso, casi una veintena de trabajadores trataron de mejorar las condiciones y también se encendió el riego para facilitar la rapidez. No obstante, el parche fue solo momentáneo y al término del encuentro el panorama era el mismo. Zorrilla volvió a Primera, sí, pero su césped no estuvo a la altura. Habrá que esperar si el resultado es mejor la próxima jornada.