El joven equipo de Miguel Rivera realizó su primer entrenamiento sobre el césped de Zaratán con diecinueve jugadores y a expensas de cerrar la plantilla

Foto: Rosa M. Martín
El pasado 13 de mayo el Real Valladolid B acabó la temporada con el objetivo de la permanencia conseguido. Casi dos meses después, el equipo de Miguel Rivera volvió a ejercitarse para preparar ya la próxima campaña, en la que la plantilla ha sufrido una revolución entre los nuevos fichajes, jugadores que acabaron sus cesiones, otros que han subido con el primer equipo y juveniles que vivirán su primera experiencia en el filial blanquivioleta.
Tras los pertinentes reconocimientos médicos, el técnico citó este miércoles a todos sus jugadores para la primera sesión de entrenamiento, aunque las diferentes obras de mantenimiento de los Anexos han impedido que se puedan entrenar en su campo, por lo que el equipo se ha tenido que desplazar hasta las instalaciones de Zaratán. Rivera no ha querido perder ni un minuto después de unas «merecidas vacaciones» y se ha puesto manos a la obra.
Antes de nada, el técnico ha querido hacer públicas sus felicitaciones a todos los que forman el Real Valladolid por el ascenso a Primera División: «Quiero felicitar al primero al presidente, que junto a Miguel Ángel Gómez y todo su equipo han trabajado para que esto saliera adelante, pero también a Sergio y todo su cuerpo técnico, como a los capitantes del primer equipo y el resto de la plantilla. Hay que felicitarles, del primero al último».
El Promesas comenzó su andadura en pretemporada con diecinueve jugadores, aunque, como aseguró el técnico, aún se encuentran perfilando la plantilla y planificando el trabajo para sacar el máximo rendimiento: «Hay compañeros que han estado con el primer equipo y que tienen unos días más de descanso, pero había que empezar ya porque va a volver a ser una temporada de máxima exigencia. Por otro lado, también estamos trabajando con jugadores para incorporarlos a nuestro plantel. Mañana [por este jueves] se incorporan dos jugadores más y ya podemos decir que contamos con el 90% de los que formarán el equipo».
Rivera tiene clara la misión del Promesas y no piensa «engañar a nadie», por lo que afirmó que su principal y más importante objetivo va a ser la de formar jugadores que «sean válidos para las exigencias del primer equipo», a la vez que se luchará por mantener la categoría «sin los sustos y sobresaltos de la campaña pasada».
«Comenzamos con tanto tiempo de adelanto porque tenemos que ver muchos chicos. Hay jugadores del juvenil que necesitan su periodo de adaptación. Para homogeneizar todo esto necesitamos mucho tiempo y mucho trabajo», apostilló Rivera, que tiene muy presente que la juventud de su plantel es un hándicap con el que debe lidiar.
Al respecto de esto, el técnico del Promesas se atrevió a bromear asegurando que la veteranía ya la pone el cuerpo técnico. «Si sabemos canalizar la juventud y mantener un equilibrio, las cosas saldrán bien y lograremos cosas muy bonitas porque estos jugadores atesoran mucha calidad, matizó.
Samuel y Sali, con el primer equipo
Dos de las ausencias en este primer entrenamiento del nuevo Real Valladolid B fueron Samuel, el guardameta llegado desde el Sevilla C, y Sali, una de las perlas de la cantera blanquivioleta. Ambos jugadores comenzarán la pretemporada el próximo 16 de julio y se incorporarán a los entrenamientos a las órdenes de Sergio González con el primer equipo.
Para Rivera, que haya jugadores con el primer equipo solo es síntoma del trabajo bien hecho y un «orgullo», sobre todo por el joven Sali, su baluarte en la defensa para logar la permanencia. Así Samuel y el central empezarán con los ‘mayores’, en lo que es un paso más en sus carreras como futbolistas.
Ausente también estuvo Alberto Gil, que es uno de los jugadores que se reincorporará al trabajo el próximo lunes. Por otro lado, al margen de sus compañeros, se ejercitó Mito, que tras su paso por el Unionistas de Salamanca regresa al club pucelano para hacerse un hueco entre el plantel de Rivera. Aunque de momento necesita recuperarse de una operación que le ha mantenido apartado de los terrenos de juego el último tramo de la temporada.