Análisis del próximo rival del Real Valladolid

No va más, ahora sí que sí. El todo por el todo… o la nada. Muchos partidos y sufrimientos esta temporada, a una sola carta. O más bien a dos. Ida y vuelta, vuelta e ida. Real Valladolid y Numancia. Una final de play-off de ascenso. La trascendencia del choque se define sola, se palpa en el ambiente. Fútbol en estado puro.
Pero no conviene subirse a la nube todavía, ni mucho menos. Aquí no hay favoritos y no hay claro candidato a llevarse el triunfo y la gloria, o la derrota y posterior decepción. Así son estas cosas. Quinto y sexto clasificado de Segunda División serán quienes se vean las caras en la final, circunstancias de la vida. Sobre el césped todos son iguales y tanto blanquivioletas como rojillos son conscientes de ello de cara a dos partidos cruciales y que marcarán su historia. Hagan juego.
De menos a más
Y así, en medio de un ambiente de ilusión pero a la vez precavido, ahí están los dos. Pucela y Numancia, con ganas de regresar a Primera División apenas un puñado de temporadas después. Se da la circunstancia de que ambos conjuntos parecen haberse colado en una fiesta que no era suya, en un play-off en el que muy pocos hubieran apostado que acabarían disputado. Es la hechicería del mundo balompédico, cuando menos te lo esperas hace chas y aparece a tu lado. Al que menos se espera, es el que acaba llevándose el gato al agua.
Que se lo digan a los sorianos. Llegó el mes de mayo y todo eran más dudas que certezas para los de Jagoba Arrasate. Precisamente en una línea parecida al Real Valladolid, más jornadas fuera de los seis primeros a lo largo del curso pero con posibilidades reales de colarse en el último partido. Y sonó la campana. Simplemente, cantaron bingo. El resto de implicados fallaron y el Numancia cumplió por su lado mandando a la Cultural Leonesa a Segunda B. Atrás quedaban las tres derrotas y un empate en los cuatro choques del mes. Había play-off.
Y como soñar es gratis, era momento del más difícil todavía frente al Zaragoza como primera piedra de toque. El resultado es bien sabido. Un llamativo 1-1 en Los Pajaritos y un apoteósico 1-2 en La Romareda con gol en el añadido. Para frotarse los ojos y no creerlo. Un Numancia con un presupuesto más bien modesto para Segunda y con nueve temporadas consecutivas en la categoría de plata a sus espaldas, volvía a tener opciones de regresar a la Liga de las estrellas.
Sobra decir que estos días son de vino y rosas en Soria. Las buenas noticias son mejores si son inesperadas, y no eran muchos los que contaban con disputar los cuatro partidos extra de la temporada. La afición, pequeña y humilde pero a la vez entregada, está llevando en volandas al equipo. Y como mejor ejemplo está el de La Romareda, donde cientos de seguidores rojillos acompañaron al equipo hasta el último minuto. De ahí la importancia de que el Pucela salga este miércoles de Los Pajaritos con un buen resultado en el bolsillo.
El peligro de Soria
Y es que hay que decir que los números del Numancia como local no son nada desdeñables. Segundo mejor ‘casero’ de la categoría, con 47 puntos en veintiún jornadas tan solo por detrás del Sporting, merced de quince victorias, dos empates y apenas cuatro derrotas que dejan muy a las claras que no es fácil volverse de Soria con un triunfo en el zurrón. Como visitante, eso sí, con solo tres victorias en veintiún partidos los de Arrasate pierden enteros.
Así que la clave está ahí. Saber aguantar el tirón en Los Pajaritos para rematar en Zorrilla. Nadie ha dicho que vaya a ser fácil, pero el camino está marcado. Solo queda recorrerlo, conscientes de que la plantilla del Numancia estará por medio para intentar evitarlo. ¿Que qué hay en las filas de los sorianos? Pues algunos jugadores que ya querrían para sí algunos equipos de Primera.
Guillermo Fernández, Pere Milla, dos viejos conocidos como Manu del Moral e Higinio… Mucha madera arriba con casi treinta goles en Liga entre los cuatro cañoneros. Casi nada. Los tantos del conjunto rojillo quedan muy repartidos, de manera que no hay un solo jugador al que atar en corto. Precisamente los 52 goles a favor y 41 en contra dejan patente que el Numancia es un equipo que ha sabido rentabilizar bien sus transformaciones.
Curiosidad del rival de esta jornada: El club rojillo buscará esta semana la que sería ni más ni menos que su quinta etapa en Primera División. La última vez que el Numancia estuvo en la Liga de las estrellas fue en la temporada 2008/09, y desde entonces se suman nueve cursos en la categoría de plata contando el presente.