Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Ahora, Pucela, ahora, no te pares. Después de una racha que nadie hubiera sospechado hace apenas un par de meses y una situación de privilegio en la clasificación, o lo que es lo mismo, de play-off, el Real Valladolid afronta una nueva semana crucial para sus aspiraciones de ascenso. Y es que a falta de solo dos partidos de Liga regular por disputarse, un tropiezo ahora sería fatal.
Eso sí, el que espera enfrente no lo pondrá fácil precisamente. Al contrario. Todo un Zaragoza enrachado y con el mismo objetivo que los blanquivioletas también necesita los tres puntos como el comer. No va más, el que pierde se queda prácticamente fuera. La Romareda espera y sin duda el de este domingo será un nuevo choque de poder a poder entre dos colosos.
Prohibido fallar
No hay más que echar un vistazo a la clasificación para darse cuenta de la trascendencia del partido. El Zaragoza, cuarto con 65 puntos en su haber. El Pucela, quinto con 64. Y detrás, una horda de cuatro equipos a la caza y captura de los dos primeros. La situación es crítica, temible, y quedarse la próxima jornada sin sumar supondría casi con total seguridad verse superado por más de un perseguidor. Y mientras, los maños con una racha incluso mejor que la del Valladolid.
Sí señor, porque ser el mejor equipo de la segunda vuelta no es casualidad. Con veintiún partidos disputados, en el ecuador del campeonato, los de Natxo González sumaban veincuatro puntos. El entrenador vivía cuestionado. La plantilla, confeccionada para el play-off, estaba desmoralizada. Y la afición, de dientes. El descenso estaba más cerca que los seis primeros puestos… hasta que se apretó los dientes. Desde entonces el conjunto maño ha sumado 41 puntos en diecinueve partidos, datos de ascenso directo.
Resumiendo, el enfrentamiento de este domingo será el de dos equipos enrachados, en un muy buen momento de la temporada justo en la recta final. Precisamente el último precedente de los blanquillos, hace tan solo unos días ante el Albacete, terminó en fiesta maña con un 4-1 y una Romareda exultante, a muerte con los suyos. Y es que hay ganas de volver a Primera tras cinco años vistiendo de plata.
Todas estas temporadas la cantinela ha sido la misma. Amagos de grandeza, de volver al cielo por la puerta grande… pero al final, nanay. Y con experiencias cercanas a la muerte como la del año pasado, cuando se terminó a tan solo dos puntos del infierno de Segunda B. Sí parece haber encontrado al menos el club algo más de estabilidad institucional desde la marcha de Agapito en 2014, además de haber saneado ligeramente las cuentas.
Poco a poco
Pero volviendo al terreno deportivo, ¿qué tiene este Zaragoza para haber espabilado de esta manera en tan poco espacio de tiempo? Parece haber sido cuestión de magia, pero la realidad es que Natxo González ha dado con la tecla después de muchas intentonas esta temporada. Con tropiezos puntuales, eso sí, como hace dos semanas cuando se cayó en casa del Cádiz (2-0). La mala noticia para el Valladolid es que el equipo maño es mucho más fiable como local.
Y como muestra un botón. Veinte partidos en La Romareda para alcanzar once victorias, seis empates y tres derrotas por medio de veintiocho goles a favor y apenas quince en contra. Sin ser para tirar cohetes, desde luego se trata de unos números que infunden respeto y hacen que el Pucela no pueda ni deba ir de paseo a La Romareda.
En cuanto a la plantilla, Natxo González gusta jugar con una formación 4-3-1-2 con trivote y dos referencias ofensivas como son Borja Iglesias, pichichi con diecinueve celebraciones, y un clásico del fútbol español como Toquero o Pombo como pareja de baile.
Sumado a efectivos como Zapater o un Giorgi Papu que viene de hacerle tres goles al Albacete, no conviene dejarle muchos metros libres a este Zaragoza. Y es que el Zaragoza siempre será el Zaragoza, no importa cuántas veces pueda pasar por malos momentos. Es la hora de la verdad.
Curiosidad del rival de esta jornada: Para muchos, el equipo maño es más un clásico de Primera División que de Segunda. Y no les falta razón. El Zaragoza ha militado nada más y nada menos que 58 temporadas en la élite del fútbol español, un dato que aspiran a incrementar más pronto que tarde por medio de un nuevo ascenso.