Análisis del próximo rival del Real Valladolid
Apenas han pasado unas semanas, pero la situación se ha dado la vuelta como una tortilla. Contra todo pronóstico, cuando nadie lo esperaba, el Real Valladolid, una vez más, vuelve a estar ahí. Es la magia del fútbol. Cuestión de ganar un par de partidos seguidos, encadenar una racha más que decente, esperar los tropiezos rivales… ¡y voilà! Con la llegada de Sergio González parece que vuelve a haber esperanza.
Y la ocasión la pintan calva. A las dos victorias consecutivas que acaba de sumar el conjunto blanquivioleta, se suma una oportunidad de oro para meterse por fin en play-off, un hecho que no se da desde la jornada diez. O lo que es lo mismo, desde el pasado mes de octubre. ¿Cuál es esa oportunidad? Pues tener que agarrar el bus para visitar esta semana a un equipo ya descendido a Segunda B como es el Lorca FC.
Nada que perder
Efectivamente los de Fabri, quien llegó en diciembre para intentar salvar un barco ya a la deriva, se sitúan ahora mismo en la vigésimo primera casilla de la clasificación. Penúltimos, para más señas, con apenas treinta puntos cosechados en treinta y nueve jornadas. Demasiado poco botín como para conseguir la ansiada salvación marcada como meta a principio de temporada. Las matemáticas son sencillas. En la jornada 37 los números dijeron que no, que ya era imposible. Y desde entonces todo ha sido dejarse llevar.
Sí, es cierto que curiosamente las sensaciones han mejorado desde que se ha vuelto a caer al pozo. Sin ir más lejos no conviene que el Pucela se confíe, y sino que se lo digan a un Numancia que hincó la rodilla a domicilio (2-1) hace unos días cuando todo parecía de cara para traerse los tres puntos de Murcia. Pero a fin de cuentas, la triste realidad es que el año que viene tocará volver a jugar en campos de Segunda B. La inversión del chino Xu Gembao, quien a principio de temporada terminó por hacerse con el 100% de las acciones del club, parece no haber sido suficiente.
No sería porque la generosa cifra de un presupuesto de dos millones de euros era insuficiente. Al contrario. Simplemente parece que al club le ha costado Dios y ayuda adaptarse a la categoría y que a día de hoy, incluso, sigue sin conseguirlo. Llegado este punto todo apunta a una posible venta, es decir, que ya hay más noticias fuera del campo que dentro de él, a la espera de que los continuos rumores se confirmen.
Y es que bien hay que decir que la sorprendente marcha de David Vidal del banquillo, cuando había conseguido una milagrosa recuperación hasta conseguir el ascenso, y el desembarco de Curro Torres ya puso la mosca detrás de la oreja a más de uno cuando el curso ni siquiera había empezado. Desde entonces, el Lorca tan solo ha transmitido una imagen de inseguridad e inestabilidad que al final ha terminado por devolver al club a la categoría de bronce.
Sobre el césped
Pero más allá de las noticias extradeportivas, ¿qué es este Lorca sobre el campo? Bien hay que decir que el cuerpo técnico, encabezado desde hace ya casi medio año por un experto en Segunda como es Fabri en el banquillo, ha sabido aguantar contra viento y marea todo tipo de envistes. Derrota tras derrota y con un ambiente enrarecido, se ha sabido mantener la cordura y se han tratado de hacer las cosas con lógica. Si bien con poco resultado, claro.
El entrenador gallego gusta de jugar, o al menos así lo ha venido demostrando en los últimos choques, con una formación 5-4-1 con un joven Nando García en punta, si bien el delantero no está teniendo demasiada suerte de cara al gol con tan solo una diana en lo que va de temporada. De hecho, y como es lógico, los números del Lorca no son para tirar cohetes con treinta y cuatro goles a favor y una sangría de sesenta y uno en contra.
Eso sí, no conviene que los de Sergio González se confíen. Dentro del desastre, el Brócoli Mecánico lleva cinco choques sin perder como local, con tres victorias y dos empates de por medio. Duro fue confirmar el descenso a Segunda B hace unas semanas ante su público, con un triunfo ante el Nàstic por 1-0. Este Lorca todavía es capaz de dar algún que otro susto de aquí a final de temporada.
Curiosidad del rival de esta jornada: Como suele ocurrir cuando pintan bastos para un equipo de fútbol a comienzo de temporada, el Lorca intentó arreglar el desaguisado en el mercado invernal. Brown, jamaicano, Fede Vega, argetino, o Gomelt, croata, fueron algunas de las llegadas que hicieron que el vestuario, como destaca el diario Marca, haya llegado hasta once nacionalidades diferentes este año.