El director deportivo del Real Valladolid reconoció la dificultad de encontrar un sustituto para Jaime Mata y aseguró no arrepentirse de los tiempos manejados para la destitución de Luis César
Miguel Ángel Gómez aprovechó la rueda de prensa convocada con motivo de la renovación de Antonio Domínguez y Moi para repasar la actualidad del primer equipo. Desde el banquillo hasta la pretemporada, el director deportivo del Real Valladolid desgranó parte de sus ideas de cara al futuro más inmediato.
Gómez comenzó asegurando que este verano «no va a haber una revolución» en cuanto a plantilla se refiere. «Me gusta analizar las cosas y no tomar las decisiones a la ligera. Los equipos que ahora están arriba tienen casi en un ochenta por ciento la plantilla del año pasado. Tenemos una base y una estructura que hay que mejorar pero no habrá revolución«, aseguró.
Muy centrado en la idea de que lo que va bien no hay que tocarlo, el cordobés prácticamente confirmó la continuidad de Sergio González al frente del Pucela.
«Hay muchísimas posibilidades de que siga aunque no nos metamos en play-off. Estoy muy contento con él: ya demostró su valía en Primera División obteniendo una buena clasificación con un presupuesto bajo. Había dudas por haber estado un año y medio sin entrenar pero las está despejando con su trabajo», subrayó.
Sobre los tiempos elegidos para gestionar la destitución de Luis César, el director deportivo afirmó no arrepentirse. «Si hubiera tomado la decisión de cesar a Luis César antes a lo mejor Sergio no estaba aquí. Tenía que profundizar en sus sistemas, conocerlo y ver que tenía las ideas que queríamos. Hay una simbiosis entre su idea futbolística y la nuestra: es un hombre valiente que cuando te pide un jugador quiere que tenga posibilidades».
Por último, Gómez también se pronunció sobre el posible sustituto de Jaime Mata. «Pese a que creo que vamos a estar en Primera, tenemos el inconveniente de todos los equipos. Cuando yo llamo a un delantero ya lo han llamado el Málaga, Las Palmas, el Deportivo… Es difícil porque son proyectos que bajarán con un mínimo de catorce millones de euros y nos van a doblar el presupuesto. Hay que tener paciencia para saber dónde tenemos que pegar el tiro», sentenció.