El delantero madrileño ha marcado veintisiete de los 55 goles que lleva el equipo esta temporada. Desde el dieciocho de marzo, ningún otro blanquivioleta ha visto portería

En 1948, Miguel Delibes publicó ‘La sombra del ciprés es alargada’, la primera novela del escritor vallisoletano. En ella, se cuenta la historia de Pedro, un niño que se cría con su maestro y conoce a su mejor amigo, pero el trágico destino les separa. La obra está contada en tono pesimista primero, luego optimista hacia la humanidad y finalmente retorna al primer punto.
No, no están ustedes en clases de Literatura, ni mucho menos, pero quizá ese pesimismo que utilizó Delibes fue el que todos los aficionados blanquivioletas sintieron cuando a Jaime Mata le sacaron la quinta amarilla en el Tartiere.
El delantero madrileño estaba apercibido desde la jornada 33, cuando vio la cuarta cartulina ante el Reus en el último minuto. Una tarjeta frente al Nàstic impediría que el pichichi blanquivioleta y de Segunda División se midiera al Sporting. Al final, pasaron esos dos encuentros y Mata consiguió mantener su contador disciplinario de la misma manera, hasta que el pasado viernes, Eiriz Mata le sacó la quinta en un rifirrafe con Forlín, lo que significa que se perderá el encuentro ante el Cádiz, un rival directo por los play-off.
No por esperado es menos doloroso. Todo el mundo sabía que era imposible aguantar nueve jornadas sin amarilla jugándolo todo y luchando como el que más desde el principio hasta el final, pero perder al futbolista que suma veintisiete goles en 36 jornadas escuece un poquito. Más si cabe cuando enfrente estará el conjunto menos goleado de la categoría y que fuera de casa solo ha recibido doce tantos.
Probablemente, Toni Martínez haga un buen papel como delantero titular por primera vez desde su llegada en el mercado de invierno. Seguramente lo dé todo sobre el césped de Zorrilla, como se espera de los otros diez. Incluso puede que se estrene con un tanto (o los que surjan). Y aunque las comparaciones son odiosas, la realidad es que como Jaime Mata no hay ningún goleador en el Real Valladolid, ni si quiera se le acerca lo más mínimo cualquier otro compañero.
El ariete ha marcado veintisiete de los 55 goles que lleva el equipo esta temporada, es decir, el 49’09% de los tantos totales. El porcentaje restante se lo reparten entre nueve futbolistas. Pero lo ‘peor’ de todo es que la diferencia entre Mata y los siguientes que más marcan es de veintitrés goles, esto es, Míchel y Óscar Plano son los siguientes pichichis blanquivioletas con cuatro tantos cada uno. Precisamente, el mediapunta madrileño fue el último futbolista del Real Valladolid que, sin contar al ‘9’, consiguió ver puerta hace ya seis jornadas ante la UD Almería en Zorrilla (sin incluir el 0-2 de Oviedo porque fue en propia puerta de Folch).
Las jornadas pasan y el Real Valladolid necesita ganar cada partido como si fuese el último para poder tener opciones de play-off. La sombra de Jaime Mata es alargada y todos se fijan en él para ser quien, con sus goles, dé una alegría a la parroquia blanquivioleta. Pero sin el ‘9’ este equipo también debe saber vencer y convencer si quiere seguir en la lucha. Porque, como dijo Delibes en su primera novela «al tiempo le miden las circunstancias, no los relojes», pero las semanas pasan y solo quedan seis oportunidades para seguir intentándolo. Da igual cómo. Da igual con quién.