Un serio Real Valladolid suma su tercera victoria a domicilio ante el Real Oviedo (1-2) y demuestra que quiere seguir en la lucha por el play-off de ascenso

El Real Valladolid cree en el play-off. Así lo demostraron los de Sergio González en el Carlos Tartiere, donde vencieron al Real Oviedo (1-2), apretando aún más la clasificación y quedándose a solo dos puntos de esos puestos soñados, a falta de que se disputen el grueso de partidos de la jornada.
El técnico catalán apostó por el mismo once que cayó ante el Sporting, con la única novedad del regreso de Toni debido a la baja obligada de Borja por sanción.
Quizás alguno, al ver la alineación, pudo pensar que las cosas no iban a cambiar en demasía. Sin embargo, sí lo hicieron. La clave fue la actitud que el Pucela mostró sobre el césped de la capital asturiana.
Ya desde el pitido inicial, los blanquivioletas se volcaron en busca de tres puntos que, ya en el casillero, les permiten regalarse una vida extra ante un rival directo que solo había caído en dos ocasiones en su feudo en lo que va de curso.
Y eso que los fantasmas del pasado se empeñaron en hacer una visita. Apenas se habían disputado cinco minutos de choque cuando Moyano, en un despiste defensivo, obligó a Masip a intervenir con destreza y hacerse con el balón ante la presencia de Aarón.
Había olido la sangre el conjunto carbayón, conocedor de las debilidades de su rival cuando se le aprietan las tuercas más de la cuenta. Pero el Real Valladolid quería llevar el propósito de enmienda hasta las últimas consecuencias y, lejos de amilanarse, comenzó a deambular con desparpajo por campo contrario.
Así, y pese a que los de Anquela tiraban muy bien la línea de fuera de juego para invalidar las conexiones entre Toni y Mata, los blanquivioletas fueron generando cada vez más sensación de peligro. Al canterano solo le hicieron falta unos minutos para reivindicarse como titular, incrustándose entre líneas y asociándose a las mil maravillas con Plano.
Con el paso de los minutos, los de Sergio González fueron encontrándose más cómodos, manejando el tempo del choque y finalizando, aunque sin demasiado éxito, las jugadas de ataque. Óscar Plano tuvo la más clara después de que Mata, solo en el área, recibiera de espaldas un balón de Hervías y se la dejara de cara.
Mientras tanto, el Real Oviedo no terminaba de hilar las jugadas, dando en algunos compases del choque una imagen bastante distante a la que se presupone a un equipo que está luchando con un rival directo por el play-off. Solo Carlos Hernández, con un tímido remate a la salida de un córner, logró inquietar mínimamente a Masip.
Así las cosas, los blanquivioletas enfilaron el túnel de vestuarios con una ligera sensación de superioridad que no se veía refrendada en el electrónico. La única mala noticia la había dejado Mata, que vio la quinta amarilla tras un rifirrafe con Forlín, por lo que se perderá el siguiente choque con el Cádiz.
Mata-dor no faltó a su cita con el gol
Tras la reanudación, los carbayones comenzaron a controlar la posesión del balón, volviendo otra vez a los minutos de tanteo que se habían vivido en el arranque. Fue entonces cuando Moyano vio una amarilla que, al igual que en el caso del pichichi, le impedirá jugar ante el conjunto gaditano.
Fue entonces cuando el Real Valladolid dio un golpe sobre la mesa. La recuperación de los blanquivioletas cayó en los pies de Plano, que no se lo pensó dos veces y abrió al costado izquierdo, habilitando a Mata para que anotara su vigésimo séptimo tanto en el presente curso.
Quiso más el Pucela, al que la fortuna le sonrió a la salida de un córner en el que Folch terminó enviando el esférico al fondo de su propia red.
En cinco minutos, los de Sergio González habían logrado una cómoda renta, que pudo ser mayor si Alfonso no hubiera atajado el disparo de Hervías. Al Real Oviedo solo le quedaba apelar a la épica del Tartiere para intentar la remontada, pero los intentos de Yeboah y Toché no pusieron en aprietos a Masip. Ya en el tramo final, Linares, al igual que en la ida, recortó distancias tras un buen centro de Berjón, pero el electrónico no volvió a moverse más.
Con esta victoria, el Real Valladolid se queda con 54 puntos en la clasificación, le gana el goal-average particular a un rival directo y se regala una vida extra para esa lucha por los puestos de play-off. La semana que viene, ante el Cádiz en el José Zorilla, tocará mantenerla.