Luis César es despedido del Real Valladolid tras no ser capaz de hacer carburar a una plantilla con un potencial mayor que el demostrado

Dice el refrán que tanto va el cántaro a la fuente que al final acaba rompiéndose. Pues bien, esto parece que es lo que ha sucedido con Luis César Sampedro y el Real Valladolid, una historia de amor que se tornó en desamor que 34 jornadas después y tras un dolorosa derrota ante el Nàstic de Tarragona han hecho que el técnico gallego tenga que hacer las maletas y dejar su puesto en el banquillo del José Zorrilla.
El técnico no terminará la temporada al frente del equipo. La cuerda del gallego, cada vez más floja en las últimas jornadas, terminó por ceder a falta de ocho partidos, dejando al Pucela a tres puntos de la promoción, pero con muchas dudas. Si bien como local el Real Valladolid podía decirse que era solvente y conseguía sacar sus partidos hacia delante con mayor o menor solvencia, lejos de Zorrilla la película es bien distinta.
Tan solo logró dos victorias como visitante y ante dos equipos de la parte baja de la tabla. Atrás queda ya el supuesto cambio de sistema con el que el equipo iba a cambiar, pero que finalmente ha sido una mentira de unos cuantos partidos para volver a las andadas.
Mientras el entrenador y el club se escudaban en que durante la segunda vuelta los números del equipo eran de puestos de play-off, la realidad parece bien distinta pues cada vez que ha existido la posibilidad de aspirar a estos puestos y volver a engancharse con los equipos de arriba, se metía la pata, no se daba el golpe sobre la mesa que se pedía. En definitiva, un querer y no poder.
Y si uno se pone a pensar fríamente los números obtenidos resultan insuficientes porque el resto de rivales si hacían su trabajo, mientras que el Valladolid no era capaz de sumar tres victorias consecutivas, necesarias para comenzar una dinámica positiva que consigan darte el impulso para escalar, pero si no eres capaz de ganar más que dos partidos como visitante, en poco puedes escudarte.
El cambio de sistema fue esa mentira que solo funcionó gracias un nombre propio, Jaime Mata, pichichi de la categoría, que está haciendo unos números estratosféricos y que bien le han valido para firmar por un equipo de Primera División la próxima temporada. En el Real Valladolid de Luis César no existía la defensa y casi tampoco el centro del campo, era un conjunto que jugaba sin saber muy bien a qué y que sin los goles del ariete y la aportación de jugadores como Óscar Plano, probablemente la historia sería muy diferente.
Por otro lado, era dicho que el gallego era un buen gestor de grupos, pero de la noche a la mañana se cargó a Nacho Martínez, dejó fuera de las convocatoria a Toni o Míchel. Cierto es que uno no puede conocer lo que ocurre de puertas para adentro en el club, pero cierto es que pocos entienden lo que ha ocurrido con ciertos jugadores.
Luis César Sampedro ya es pasado en el Real Valladolid dejando una imagen más agria que dulce. Hay que agradecerle su trabajo, pero no ha sabido exprimir todo el potencial de este equipo y su salida del club era más que necesaria.