El mediapunta valenciano destaca la cohesión del grupo y asegura que el objetivo del ascenso está al alcance de la mano
Míchel Herrero fue el gran protagonista del mes de marzo en el Real Valladolid. Pasó de ver los partidos desde la grada a ser clave en los últimos, además, con un rendimiento que le ha valido para ser nombrado mejor jugador de dicho mes. Pese a la época que pasó en el ostracismo, el valenciano dice sentirse “muy bien físicamente” y, según señaló este jueves en rueda de prensa,tanto cuando jugaba como cuando no, se encontró con el apoyo de sus compañeros.
Precisamente, su ausencia durante meses, junto a la de otros futbolistas importantes, auspició una posible ruptura en el vestuario. Mas nada más lejos de la realidad. “A veces no han venido los resultados que esperábamos, pero hemos intentado dar todo en el campo. En esa racha el equipo siempre ha estado unido con el cuerpo técnico y con el club y eso es lo que ha hecho que sigamos ahí”, argumentó.
Regresando a los personal, precisamente por ese pasado reciente que le tocó vivir, no se «esperaba» el premio recibido este jueves. “Quién me lo iba a decir, hace unos meses no participaba, estaba fuera de las convocatorias y ahora estoy recibiendo un premio a mejor jugador del mes”, valoraba un Míchel que puntualizó que lo importante es que el equipo está sacando puntos, ganando y que está en la pomada.
Más allá de su valoración personal, el valenciano qiuiso resaltar la marcha del equipo. “Estamos en la fase más importante de la temporada. Todo se decide en estos nueve partidos que quedan. Era importante llegar metido ahí y ahora lo tenemos en nuestras manos; no podemos fallar”, comentó.
Con el play-off a un punto y el ascenso directo a siete, Míchel no pone límites en la clasificación para el Pucela, pero incidió en ir “partido a partido”. Además, aseguró que el equipo está a tope de nivel y confianza y que no hay obsesión ni por ganar fuera ni por ascender. “Intentamos ir partido a partido, estar sólidos en defensa y luego arriba marcar. Los equipos nos tienen respeto porque estamos en una dinámica buena y tenemos oportunidad de hacer algo bonito”, explicó.
Con los últimos dos partidos como titular, Míchel no teme regresar al banquillo contra el Nàstic de Tarragona, todo lo que espera es que, salga quien salga, dé “el 120% sobre el campo”. Él espera “ayudar en lo que el equipo necesite”, porque ahora no se necesita ni un futbolista ni dos, sino a los veinticinco integrantes de la plantilla, manifestó.
Sobre el rival del domingo, el Nàstic, considera que será un partido muy difícil, ya que los catalanes han ganado “a muchos equipos de arriba”. La importancia del próximo partido aumenta si se tiene en cuenta el difícil calendario que viene por delante a los blanquivioletas. “Tener partidos contra rivales directos es bueno porque no tienes que esperar que pierdan. Lo tenemos en nuestras manos”, finalizó.
Todo esto lo dijo después de pasar un rato agradable al término del entrenamiento con los integrantes del campus de Semana Santa que organiza la Fundación Real Valladolid, que se celebra estos días en Los Anexos. En dicha sesión no estuvieron presentes los dos lesionados y ausentes en el partido del domingo Deivid y Cotán, descartados ya para la visita a Tarragona. Mañana viernes a partir de las 11:00 horas en el mismo escenario se desarrollará un nuevo entreno. Después, desde las 12:45 horas, hablará Luis César en rueda de prensa.