El entrenador del Real Valladolid da valor a entrar en las diez últimas jornadas con una victoria ante un rival que se sabía complicado
El Real Valladolid hizo lo que debía frente al Reus, que era ganar. Llegados a este tramo de la temporada es casi lo único que cuenta, aunque no solo, como demostró el cierto malestar de la grada en algunos momentos y la ponderación que hizo de la actuación de sus jugadores Luis César Sampedro. El técnico recalcó en la posterior rueda de prensa que no fue «un partido que pasará a la historia», aunque valoró el que hicieran «los deberes» al lograr vencer.
«Hicimos un partido defensivo bueno, estamos en una fase defensiva buena, con seis porterías a cero en los últimos doce partidos. Tuvimos tres o cuatro ocasiones de gol para hacer el segundo, de Míchel, Plano y la última de Mata. Entramos en los diez últimos partidos como queríamos, que era ganando. Está todo en juego. A estas alturas en la primera vuelta teníamos tres puntos menos. Pienso que vamos bien», valoró en perspectiva.
Una vez Kiko Olivas fue expulsado, Zorrilla contuvo el aliento, pero Moyano cumplió como central y Nacho lo hizo en su vuelta después de mucho tiempo sin competir.
«Es un espléndido centrador y con la pelota es muy bueno; nos ha ayudado a defender, a atacar y a ganar», dijo sobre el madrileño, que «entró en un momento complicado y sin calentar». El jienense, mientras tanto, se mostró «expeditivo» e hizo «un partidazo» tras variar su posición, llegando a abortar «la jugada más peligrosa del Reus». «Defensivamente hemos hecho un buen partido», reiteró el gallego.
Cuando el ex del Rayo entró, lo hizo en sustitución de Míchel. A la hinchada no le gustó que el valenciano saliera del campo, pero Luis César razonó la permuta en base a que «no es un jugador polivalente» y a que una vez el equipo se había «descosido atrás» necesitaba «sacar a gente de arriba para meter un jugador específico». «Si fuese polivalente a lo mejor habría hecho otro cambio, pero tenía que quitar un punta, era él o Mata«, aseveró.
Por lo anodino del encuentro, en general, a la afición no se le vio demasiado contenta, algo que Sampedro, en este caso particular, comprende. «Mientras no estemos en play-off estoy convencido de que estas cosas no tendrán valor. Tenemos que estar arriba, y estoy convencido de que estaremos, pero mientras es normal que no se le dé mucho mérito», espetó, en referencia a un rival que ha dejado la portería a cero en nada menos que catorce ocasiones –un tercio del total de la liga– en lo que va de competición.
«Yo sé que es un equipo bueno, que la toca y acumula en muy pocos metros hasta cinco jugadores y es difícil robarle el balón. A veces le falta profundidad, pero está diseñado para tocar sin prisa, y ha hecho sufrir a Osasuna o al Rayo Vallecano. Pero también sé que no es un nombre sugerente; si fuera el Sporting, por ejemplo, sería otra cosa. Venían sin agonías y han hecho su partido. Nosotros no podemos fallar», ponderó un tanto resignado el entrenador.
Pasada la página del Reus Deportiu, desde este mismo domingo toca pensar en el siguiente rival, el Nàstic de Tarragona, equipo que flojea en su casa y que parece propiciatorio para volver a ver al Real Valladolid ganar fuera. Y eso desea Sampedro. «Tenemos que ganar fuera. Espero que la racha buena venga ahora, en los últimos partidos. Todos los resultados en los últimos diez tienen una trascendencia terrible, no hay que para de ganar partidos. El que lo haga bien en estas jornadas es el que va a ascender directo o de los que se van a meter. Tenemos que ser de ese grupo«, concluyó.