El madrileño volvió a disputar minutos después de quince jornadas sin jugar y ver cómo su protagonismo dentro del equipo se desvanecía de la noche a la mañana

El Real Valladolid sacó ante el Reus algo más que tres valiosos puntos. La grada del José Zorrilla volvió disfrutar de la conexión Plano-Mata, que fue la protagonista del único gol que se presenció en el partido con una asistencia magistral del primero para que el pichichi sumara un diana más en su cuenta y ya son veintiséis. Otra buena noticia es el asentamiento de Míchel en el once, importante para que el equipo consiga asaltar los puestos de play-off y tratar de ascender a Primera División.
Pero, a pesar de la victoria, el conjunto blanquivioleta dejó algunas malas noticias como la imposibilidad de cerrar el partido ante un rival que no dio apenas muestras de peligro durante el partido hasta la expulsión de Kiko Olivas, la otra mala noticia, pues con la baja de Deivid y la nula adaptación de Rotpuller, el equipo está sin centrales puros para la próxima jornada.
La inferioridad en el campo de los pucelanos obligó a Luis César a tener que ‘tirar’ de Nacho para entrar al partido apenas sin calentar. La salida del lateral madrileño se produjo después de quince jornadas sin prácticamente pisar un terreno de juego y lo hacía para ocupar su demarcación de lateral izquierdo.
La sorpresa ya saltó cuando el madrileño formó parte de la convocatoria de este encuentro que Luis César dio a la vez que el once. Finalmente, el lateral tuvo la ocasión de disputar unos minutos algo que no ocurría desde el pasado mes de diciembre, cuando el Real Valladolid se dejó remontar por el Numancia y comenzaron parte de los males pucelanos. Desde entonces Nacho no había jugado ni un solo minuto y pasó de estar de suplente en el banquillo a ser un habitual de la grada y quedarse fuera de las convocatorias.
Su situación fue extraña, pues durante la pretemporada y en los primeros partidos de liga era uno de los mejores por su verticalidad y su capacidad para sumarse al ataque, pero fue precisamente esto lo que terminó por desahuciar al madrileño, que después de mucho tiempo parece haber conseguido la ansiada redención. Su mejor ocasión para demostrarlo podría ser la próxima jornada en Tarragona, donde el equipo tratará de lograr un triunfo vital como visitante en esta recta final de la temporada. El Real Valladolid puede jugarse sus aspiraciones de jugar la promoción y se necesita que Nacho, como el resto de jugadores, muestre su mejor versión.