Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Una semana más, una oportunidad más, una tirada más. Independientemente de quién ocupe el banquillo del Real Valladolid, la vida sigue. Y debe hacerlo teniendo presente que a los blanquivioletas, de nuevo, solo les vale una victoria, sumar de tres, para seguir la estela de los puestos del play-off, que tantas jornadas después sigue pareciendo una quimera inalcanzable. Más si se tiene en cuenta que toca volver a jugar lejos de Zorrilla.
Sí, el Pucela deberá agarrar de nuevo el autobús para verse las caras con el Alcorcón, un equipo que por fortuna tampoco pasa por su mejor momento de la temporada. Bien es cierto que sobre el césped no hay tiempo para pensar en malas rachas, en malas situaciones. Solo vale el tratar de llevarse la victoria para estar un poco más cerca del objetivo, el cual es muy diferente para los dos contendientes.
Cuesta abajo sin frenos
Y es que será una pelea de crisis lo que enfrenten Real Valladolid y Alcorcón este sábado. Si a los blanquivioletas no les fue todo lo bien que les hubiera gustado ante el Rayo, el club madrileño vive al hilo de la cuerda floja que puede acabar dando con sus huesos en Segunda División B. Poca broma. Los de Julio Velázquez llegan al compromiso después de haberse dado un tiro en el pie precisamente ante el mismo equipo que el Pucela, el Córdoba, hace unos días tras caer 1-2 en Santo Domingo.
Un choque que dejó patente la mala situación alfarera, décimo séptimo en la tabla con treinta y cuatro puntos, a solo dos de las llamas del infierno. Tres partidos consecutivos sin llevarse un triunfo al saco (además del ya mencionado, un 2-0 en Granada y un 1-1 en la visita del Tenerife) escuecen, y mucho, en el seno amarillo.
En todo caso ya no es solo cuestión de resultados, que también. Se trata de sensaciones que viene acumulando el Alcor desde que arrancara 2018 en una especie de pozo sin fondo y que podría ponerse peor en función del enfrentamiento ante el Pucela. El equipo parece no carburar, Julio Velázquezno da con la tecla, igual que tampoco lo hiciera Cosmin Contra, el cual llegó en verano para tratar de mejorar el decimoctavo puesto del año pasado… con escaso éxito.
En su octava temporada consecutiva en la categoría de plata, está claro que el Alcorcón tiene todavía mucho por mejorar. En verano se era consciente de las limitaciones históricas y presupuestarias para optar a algo más que no fuera la permanencia, pero del dicho al hecho… hay un salto. Es decir, que hay que verse en la complicada situación de pelear por no caer a Segunda B. Y los siete empates y tres derrotas en Santo Domingo en catorce partidos no ayudan, desde luego.
Más unión
Y es que el Alcorcón es a estas alturas el sexto peor conjunto de la categoría a la hora de ejercer como local con diecinueve puntos, con la contrariedad de que hasta el pasado fin de semana llevaba desde el 16 de octubre sin hincar la rodilla en casa, cuando hiciera lo propio contra el Lugo por 0-1. Cosas de los empates, ya se sabe.
Llama la atención en todo caso echar un vistazo al vestuario alfarero y comprobar que está trufado de jugadores de quilates y que hace no mucho tiempo han ofrecido muy buenos resultados en Segunda División. Laure, Dorca, Nono, Jon Errasti, Bellvís… Hombres dispuestos a dar hasta el último soplo de su aliento sobre el campo, una filosofía que ha llevado grabada a dolor el Alcorcón desde que comenzara su periplo en Segunda.
Lo que también parece claro es que el 4-4-2 con el que formó Velázquez ante el Córdoba, con Errasti y Peña como pivotes, Sangalli y Mateo García por bandas y Jonathan Pereira y Asdrúbal como puntas de lanza, no es todo lo efectivo que gustaría en Alcorcón. Y de hecho los diez únicos goles en esos catorce partidos como local tampoco son el mejor referente.
Sea como sea, y como suele ocurrir en estos casos de choque de crisis entre dos equipos, solo uno de los dos conseguirá quitarse el sambenito de las últimas jornadas. Quizá ninguno de los dos lo haga, ya que siempre queda la posibilidad de empate, pero la conclusión final es que después de este sábado uno de los dos seguirá herido de muerte.
Curiosidad del rival de esta jornada: No se extrañe si este sábado comprueba que el Alcorcón recibe pitos al saltar al campo o en cualquier otro momento del partido. Además de por el mal momento deportivo, Julio Velázquez ‘atizó’ a su propia grada después de perder hace unos días frente al Córdoba, momento en el que dijo que le fastidiaba que “se escuchara en su propio estadio” el himno del conjunto andaluz, en referencia a que se escuchaba más a la afición visitante.