El Real Valladolid goleó con claridad a un rival que entregó la cuchara a los veinte minutos. Al final, los doce goles se quedaron incluso escasos

El Real Valladolid sumó su octava victoria consecutiva en casa después de pasar por encima como un tren de mercancías a un Fútbol Peña pobre, que se desinfló a partir del segundo gol. Doce fueron en total los que marcaron los pupilos de Víctor Fernández, que consiguieron así el resultado más abultado de la temporada en División de Honor.
Aunque la Peña intentó sorprender de inicio con una presión alta, esta fue desordenada, un hecho que permitió que hubiera muchos espacios en su campo, que aprovecharon los blanquivioletas para dañarles a través del habitual juego combinativo y de un buen posicionamiento sobre el tapiz. El Divi, además, había salido con cinco jugadores de marcado carácter ofensivo, dibujando una línea de cuatro por delante de Orea y por detrás de Adrián Herrera. Podría no haber funcionado, pero Álvarez estiró el campo por el costado derecho y Pablito, Dali y Víctor supieron evitar solaparse y aparecer en distintas zonas y a distintas alturas, normalmente más bien por dentro, para dejar a Nieto incorporarse por la izquierda. En consecuencia, el Pucela se desplegaba ocupando cinco franjas imaginarias y dibujando siempre multitud de líneas de pase que, unidas a la disposición del rival, llevaron a la goleada.
El Real Valladolid hizo muchas cosas bien durante el primer cuarto de hora. No se vio atenazado por la presión y supo jugar rápido desde atrás. En un primer término exprimió sobre todo los lados, por donde la Peña se mostró débil a la hora de defender a Álvarez –ex del club leonés– y a Nieto, que también aparecía por dentro cuando se lo permitía la ocasión.
De esta forma, en el arranque pudieron marcar Adrián, Dali, Nieto y Álvarez, si bien unas veces les faltó acierto a ellos y en otras dos Jefferson evitó el primero. No pudo hacerlo en la enésima partida ganada bien pronto por fuera de Álvarez. El extremo se fue de nuevo por banda derecha después de una larga jugada de su equipo y, tras adentrarse en el área, la sirvió al corazón para que Adrián Herrera, con una bonita espuela, anotara el uno a cero.
Apenas tres minutos después el Fútbol Peña, hundido en la clasificación y moralmente, como se vio en Los Anexos, se rindió con el dos a cero, que se metió en propia Víctor Pérez. Si hasta entonces habían corrido mucho, aunque detrás de sombras, aquello fue como dar por sentado que no iba a ser su día, como aceptar la inferioridad, mayor cuando a la media hora Adri repitió y puso el tres a cero después de recortar a Jefferson, que previamente había detenido su primer disparo.
Hasta el descanso el Real Valladolid hizo muchas cosas, muchísimas, evidenciando su superioridad y calidad. Rozó de nuevo el gol varias veces, pero no solo eso: llegó a acumular muchos jugadores en campo rival en diferentes situaciones que permitían una circulación limpia y veloz, en apenas un par de toques, cuando no al primero, incluso en una baldosa. Y cuando se entretenían era por algo: para sacarse de la chistera alguna acción individual de nivel.
El cuatro a cero llegó de las botas de Pablito, con un disparo certero al lado contrario, después de una de esas jugadas en la que su rival no fue capaz de reaccionar. Ni siquiera se sacó de medio, el silbatazo dio una tregua que el Fútbol Peña hubiera querido firmar como definitiva. Con enfado y tristeza los once fueron desfilando un a uno sabiéndose inferiores. Tres no volverían a saltar al verde tras el paso por vestuarios.
Foto: Sergio Borja
Segunda unidad hambrienta
El tiempo de asueto solo sirvió para frenar durante unos minutos la sangría. Nada más sacar de campo, antes de que se cumplieran los sesenta segundos de la reanudación, Álvarez volvió a galopar por su costado e hizo el quinto. Los demás goles fueron llegando uno tras otro cada uno en un parpadeo hasta que el marcador, a la hora de encuentro, reflejaba un ocho a cero.
Nieto pudo dedicar al fin un tanto a su abuelo, fallecido meses atrás, gracias a un centro que se fue envenenando hasta entrar por la escuadra contraria. Dali, tras varios intentos, encontró el premio a su gran actuación tras recortar hacia dentro y soltar un latigazo certero hacia aquel mismo lugar por el cual el ‘capi’ había metido el balón. Víctor, que buscó con ahínco sumarse a la fiesta, lo consiguió tras una buena recuperación y una pequeña carrera hacia la puerta, que superó tras una ‘cucharita’ magistral sobre Jefferson.
Cualquiera podría pensar que el tiempo que quedaba era de los denominados minutos de la basura, pero los blanquivioletas no se dejaron ir. Solamente Mariano amenazó de forma muy tímida su portería con dos disparos que se marcharon desviados. El resto del tiempo el balón fue de los pupilos de Víctor Fernández, que había movido el banquillo pronto para dar minutos a la segunda unidad.
Todavía quedaba algún aliciente, aunque pudiera parecer menor en un contexto de un resultado tan amplio, como era ver el debut de Santi Franco, delantero uruguayo incorporado al División de Honor esta misma semana con vistas a que desarrolle una trayectoria en el club más allá del mes de junio. Fuerte y potente, tuvo tiempo a marcar un doblete; el primero después de un robo y posterior regalo de Dali y el segundo, casi a continuación, como culmen de otra jugada elaborada.
Además, ejerció de asistente de Rafa en su segundo gol, demostrando habilidad en la línea de fondo. El extremo zurdo corrió a la espalda de la zaga y aprovechó un buen pase de Tena para marcar el undécimo, con la derecha, como llegaría el duodécimo, cedido por el charrúa. E incluso pudo ser mayor la cuenta, porque por el camino se perdieron unas cuantas oportunidades.
El respeto, para los blanquivioletas, estuvo en dignificar la competición sin un exceso, sin ninguna frivolidad de más, y sin ningún pase atrás una vez la portería estaba próxima. Y el Fútbol Peña respondió con deportividad, sin una mala patada, asumiendo la goleada como algo propio de la actuación propia y de un rival cuyo triunfo fue forjado por el buen hacer de todos, pero cuyas delicias fueron cocinadas sobre todo por Dali y Pablito, que parecían estar jugando en el patio del colegio de tanto que parecieron disfrutar.
Eso es precisamente lo que harán los no convocados por la selección de Castilla y León para la II Fase del Campeonato de España el próximo fin de semana, cuando hay parón. Eso y recargar pilas para el fin de temporada que se viene, en el que seguirán peleando por terminar el curso lo más arriba posible. Tras este triunfo, el Real Valladolid vuelve a ser quinto, con 37 puntos, cuatro menos que el Getafe, cuarto.
Real Valladolid: Javi; Arnáiz, Óscar (David Sanz, min. 46), Tena, Nieto (Raúl, min. 59); Orea (Rafa, min. 54); Álvarez, Pablito, Víctor, Dali; y Adrián Herrera (Santi Franco, min. 54).
Fútbol Peña: Jefferson; Llano, Moncalian, Víctor, Basalo; Luis, Víctor Pérez (Mariano, min. 46), Iker (Eduardo, min. 46), Samuel (Nacho, min. 76); Cruz y Valle (Del Potro, min. 46).
Goles: 1-0, min. 18: Adrián Herrera. 2-0, min. 21: V. Pérez (p.p.). 3-0, min. 31: Adrián Herrera. 4-0, min. 45: Pablito. 5-0, min. 46: Álvarez. 6-0, min. 51: Nieto. 7-0, min. 55: Dali. 8-0, min. 60: Víctor. 9-0, min. 76: Santi Franco. 10-0, min. 78: Santi Franco. 11-0, min. 82: Rafa. 12-0, min. 85: Rafa.
Árbitro: Jorge Gaspar Barajas, del colegio vallisoletano. Sin amonestaciones.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimocuarta jornada de liga del Grupo V de la División de Honor, disputado ante más de cien espectadores.