El central canario presenta una rotura en el cuádriceps derecho que provocará una merma importante de efectivos en la zaga del Real Valladolid

El Real Valladolid ha confirmado en la mañana de este lunes el cumplimiento indeseado pero a rajatabla de la ley de Murphy. Aunque el comunicado no dice exactamente eso, la lesión de Deivid viene a serlo, puesto que los peores presagios de todos aquellos que convenían que quedarse con tres centrales para la segunda mitad del campeonato era una temeridad se han cumplido, por lo menos en cuanto a la puridad de los defensores.
Y es que el defensor grancanario estará entre tres y cuatro meses de baja por una rotura en el cuádriceps derecho; para ser exactos una «lesión muscular de grado III con rotura del tendón directo del músculo recto anterior», reza el parte médico. Cabe recordar que esta dolencia se produjo durante la primera mitad del partido contra el Granada, tras un choque en un intento de despeje que provocó que fuera atendido. Si bien trató de continuar, no pudo, por el motivo referido.
Debido a esta baja, el plantel de Luis César Sampedro se queda con solo dos centrales puros sanos, Calero y Kiko Olivas, este último recién salido de otro contratiempo físico.
La dirección deportiva advirtió después de la salida de Guitián en el mercado invernal que en caso de necesidad se contaba bien con las opciones de Borja o Luismi, a quien se le podría sumar algún defensor de la cantera. Esta, no obstante, está mermada también de efectivos después de la salida de dos centrales del Promesas y de que no pudiera llegar ninguno a última hora.