El brasileño, que no estará en Valladolid por sanción, capitanea a una Deportiva muy alejada de donde se esperaba. El sistema de Carlos Terrazas y la corta plantilla son otros de los puntos de interés

Otro año para el olvido. El descenso a Segunda División B no le ha sentado nada bien a la SD Ponferradina. Su caída no ha tenido el efecto deseado, no ha sido el equipo potente que acostumbraba en la categoría de bronce.
Lo demostró la pasada campaña, cuando solo una reacción a última hora le permitió soñar con el play-off de ascenso. Pero en la presente está siendo peor. Presente durante muchas jornadas en la zona de descenso, solamente quieren escapar del peligro y sellar cuanto antes la permanencia.
En este sentido, la mayor parte de las voces críticas de la afición se centran en el Consejo de Administración y, especialmente, en Carlos Terrazas. El técnico vasco llegó este verano después de haber sido destituido el curso pasado en el Mirandés.
Su elección apartó a Tomás Nistal y Rubén Vega de la dirección técnica que ahora ostenta el preparador, pero no ha salido nada bien. En total fueron doce las salidas en los meses estivales, muchas de ellas protagonizadas por jugadores que debían ser importantes.
Y es que las bajas de la Ponferradina no fueron solucionadas con jugadores de renombre. Se apostó por quedarse con dos efectivos hasta ahora cedidos y subir desde el filial a otros dos, una plantilla corta que apenas pudo completar las convocatorias en el primer tramo de la temporada. Nada halagüeño parece el final de competición para una escuadra que solamente cuenta con diecisiete jugadores del primer equipo. La planificación, sin duda, no ha sido la esperada y deseada.
Un sistema que no convence
Pero no todos los males de la Deportiva acaban aquí. Carlos Terrazas inició una importante revolución en el Mirandés. El técnico vasco apuesta por un sistema de juego novedoso y poco visto y desarrollado hasta el momento. El famoso 1-3-3-3-1 arribó a Ponferrada, pero ha seguido generando las mismas dudas que dejó en tierras burgalesas. Más si cabe cuando la Ponferradina apenas dispone de alternativas en su plantilla para paliar posibles bajas por lesión o sanción.
La primera línea de tres, la defensiva, ha sufrido en exceso. Prueba de ello son los malos números que presenta, siendo uno de los equipos más goleados del Grupo I de Segunda División B. En total 32 tantos encajados, que les equiparan a las escuadras que aparecen actualmente en puestos de descenso. Mención aparte merece la portería. Dinu y Chopo comenzaron la temporada, pero ambos han abandonado la disciplina blanquiazul en este mercado invernal. Mandaluniz, que no convenció en Jumilla, y David Gómez, que estaba en el Silva de Tercera División tras salir del filial del Elche, son los encargados de defender el arco berciano.
La fragilidad en la zaga pasa factura al centro del campo y a los mediapuntas. El espacio dejado por jugar con solo tres jugadores en defensa obliga a abarcar demasiado terreno de juego a los encargados de iniciar el juego. Eso provoca que no tengan la facilidad y la frescura que se les presupone. El balón no termina de llegar limpio a la zona de tres cuartos y eso lo pagan el resto de los efectivos. Especialmente los carrileros, más pendientes de volver hacia atrás que de generar el peligro que de ellos se espera. Y así el delantero está, prácticamente, inédito o no aparece salvo en casos contados. Bueno, a no ser que el balón le caiga a Yuri de Souza.
Yuri, ‘El Salvador’
Que a día de hoy la Ponferradina tenga la zona de peligro a una distancia de peligro prudencial tiene que ver con ‘O Fenomeno’. Bueno, con él y con los goles en los últimos minutos. En total son once puntos los que ha sumado en el tiempo añadido y la cifra aumenta a los quince si se cuenta a partir del minuto ochenta. En Ponferrada dan por bueno salvar la temporada, pero para ello deben encomendarse a los goles de Yuri de Souza y a no sufrir tanto para conseguir los puntos sin tanta épica.
Lo cierto es que, de no ser por los tantos de Yuri, la Deportiva estaría en una situación mucho más complicada. El delantero brasileño ha conseguido hasta el momento un total de doce goles, lo que supone prácticamente un tercio de los tantos del cuadro berciano.
Con casi 35 años y después de vivir una breve experiencia en China está demostrando que es un auténtico ídolo y un ejemplo para la entidad blanquiazul. Pese a que las críticas y los silbidos han acompañado a ‘O Fenomeno’, él ha contestado como mejor sabe: a base de goles.
Sus tantos han servido para que la Ponferradina sume un total de dieciocho puntos. Parece poco, pero dada la situación del equipo berciano han sido determinantes para escapar de la zona de peligro. Su olfato goleador es fundamental, más si cabe cuando Yuri de Souza es el único delantero con el que cuenta Carlos Terrazas en su plantilla. En Valladolid, el técnico vasco deberá inventarse un ariete, ya que el delantero brasileño se perderá el duelo por acumulación de amonestaciones.