Jordi Masip, con tres paradas decisivas, amplió a tres sus partidos sin encaja

Después de aquella rueda de prensa en la que Luis César hizo autocrítica con un tono duro el Real Valladolid no ha vuelto a encajar. Aquellas claves que daba, aquel ánimo de cambio que se está viendo desde aquel once de enero, desde el inicio de la segunda vuelta, los blanquivioletas han cambiado su impronta defensiva y todavía no han encajado en la segunda mitad del campeonato, sumando, tal y como se certificó contra el CD Tenerife, 270 minutos sin hacerlo.
Masip tuvo una actuación decisiva, con tres paradas de gran mérito que convirtieron su actuación en la mejor desde que es guardameta del Real Valladolid. Si bien nunca ha sido señalado por los goles recibidos, lo cierto es que los balones que sacó de su puerta en esos primeros veintiún envites fueron demasiados. Más resguardado, se le ve más seguro y menos expuesto, aunque en una categoría como la Segunda cualquier equipo acostumbra a tener alguna oportunidad. El Tenerife las tuvo y el catalán las evitó siempre.
La tercera jornada sin encajar supone un hito para él y dentro de la presente campaña, puesto que solamente se habían encadenado dos partidos en una ocasión y fue contando Copa (ante Tenerife y Huesca).
Pero este máximo no es solo el de esta temporada, puesto que el año pasado no se llegó nunca a los tres encuentros sin encajar de forma encadenada; el tope fueron dos, alcanzado en tres ocasiones. Así, para ver una racha como la actual hay que remontarse al curso 2015/16, en el que el máximo fueron cinco.