«Escogí una manera de jugar arriesgada y atractiva y me confundí», reconoce el técnico, que se sabe responsable del «fracaso» de la primera vuelta del Real Valladolid
Con un poco de retraso, Luis César Sampedro parece que va a aplicar aquello de «año nuevo, vida nueva». Tras caer en Pamplona y de terminar la primera vuelta a cinco puntos de la promoción de ascenso, el entrenador del Real Valladolid pretende dar un giro a los acontecimientos sabedor de que no está cumpliendo con los objetivos que él mismo se ha impuesto, más próximos de los seis primeros puestos.
«He escogido una manera de jugar arriesgada y he cosechado veintinueve puntos y mucho de todo, muchos goles a favor y en contra, y no necesito eso. Aposté por una manera atractiva de jugar y me confundí; yo soy el máximo culpable de que mi equipo tenga veintinueve puntos, que haya marcado 40 y de que haya encajado 36. He fallado y mi obligación es cambiarlo», reconoció en un ejercicio de honestidad y autocrítica.
No supondrá un problema, aunque tenga fama de ofensivo, ya que «hace cuatro o cinco años» llevó el sambenito contrario. «He jugado a otras cosas en mi vida», recordó, al tiempo que reiteró su «fracaso» y que cree que mejorar la primera vuelta «no será una proeza».
Que haya demorado el cambio no se debe a un carácter testarudo, sino a que prefería que si se producía el cambio fuera desde el análisis. Y ese análisis de la primera vuelta le ha llevado a darse cuenta de que ha habido «muchos errores de todo tipo», que ha intentado «corregir» sin éxito y han derivado, sobre todo, en la sangría defensiva y en el rendimiento pobre a domicilio. «Ha habido goles por errores conceptuales de equipo y otros por errores individuales. Quise ganar de una manera atractiva y me dejé ir en ciertos apartados defensivos pensando que había cosas asumidas y lo he pagado, pero como dicen los equipos que van por delante, queda un largo camino», dijo también con optimismo.
Uno que viene de su creencia de que el plantel tiene «calidad de sobra para estar arriba», aunque no lo haya demostrado cuanto debe. Hecho el análisis, asume la culpabilidad «de todo» y que debe cambiar para «con menos goles conseguir más puntos», dado que los que ha hecho hasta ahora no sirven porque no está «en el objetivo». Así, cabe esperar un Real Valladolid menos alegre y más simple pero compacto.
«Creo que rebajar los goles en contra no tiene una gran dificultad, y no necesito meter cuarenta para estar en play-off. Meterlos es muy difícil, pero me ha llevado a jugar de una manera en la que no he encontrado al tecla. Tengo que bajar esos números», repetía el gallego como un mantra. ¿Cómo lo hará? Modificando el estilo «un poco», simplificando el trabajo a ciertos jugadores», porque no puede «estar en 1’6 goles por partido» y precisar tres para ganar.
A jueves, Luis César aseguró que no tiene «nada decidido» sobre quiénes serán los que partan como titulares puesto que ha entrenado «con varias posibilidades» y abre la puerta a que Luismi vuelva a ser de la partida tras quedarse fuera ante Osasuna. El propio técnico explicó que los «extremos se tienen que jugar más con los laterales» para poder estar «más con los centrocampistas» y que buscarán hacer las «cosas básicas» que cree que se «han descuidado».
Del mismo modo que no tiene claro cuál será la disposición inicial y los futbolistas que vayan a formar parte del once, tampoco tiene demasiado claro quiénes serán los convocados y dejó caer la posibilidad de que el recién llegado Chris Ramos puede que forme parte de esa lista para enfrentarse al filial blaugrana porque le ve listo para «soltarlo al campo».
Del rival, el FC Barcelona B, repitió un poco lo mismo que en el primer partido de la temporada. Afirmó que es un equipo «combinativo» donde se mezcla «juventud, y talento», donde es evidente que son importantes «los traspasos». Bien es cierto que no pasa por un buen momento en cuanto a números se refiere, y será el Real Valladolid quien vaya al Mini Estadi a hurgar en la herida, puesto que el puesto de Luis César está más en duda que nunca aunque el propio entrenador no lo reconozca como tal. «No sé si me la juego o no, pero no gano nada pensando en eso. Sé que estoy a cinco puntos del objetivo y sé que puedo meterme arriba», afirmó.