El conjunto blanquivioleta ha marcado quince de jugada colectiva y otros tantos en acciones a balón parado, como han sido nueve de los diez últimos

Foto: LFP
El Real Valladolid es el equipo más goleador de Segunda, con veintinueve tantos a favor, algo que le ha permitido mantenerse en la constante pelea por entrar en el play-off. Eso sí, en las últimas jornadas ha cambiado su forma de marcarlos, adaptándose más a la partida de ajedrez que es la categoría.
Así, ese juego bonito que hizo atractivo el ataque del Pucela tan solo ha aparecido en el último gol frente al Real Oviedo, de la mano de Míchel. Precisamente, el valenciano es especialista en esas acciones de toque, como demostró en la combinación con Mata frente al Tenerife.
Por lo tanto, diez de los veintinueve los ha logrado en jugadas colectivas. Cifras que corresponden solo a la competición liguera, puesto que en Copa los datos son superiores. De los siete que ha marcado hasta el momento, cinco han sido en combinaciones.
Mientras, el último en el torneo del KO, conseguido en la ida de los dieciseisavos contra el Leganés, fue a balón parado, en el primer gol del curso obtenido tras rematar un saque de falta. Una acción que solo se ha repetido dos veces más y con Mata como protagonista: contra el Reus al aprovechar la falta de Toni y el pasado sábado ante el Real Oviedo, cuando peinó lo justo el lanzamiento desde el lateral izquierdo de Míchel.
El primer gol de ese encuentro también fue a balón parado, pero de un saque de esquina colgado por Óscar Plano que remató Deivid a la red. Por ello, con el 2-0, el Pucela había anotado sus últimos cuatro goles en acciones a pelota quieta. De hecho, de los últimos diez marcados, nueve han sido de esa manera (tres de córner, tres de penalti y tres de falta).
Además, hay que saber estar en el lugar adecuado para aprovechar los rebotes o errores rivales, como hizo Mata en dos de sus goles contra el Alcorcón y en el segundo frente al Sevilla Atlético. Precisamente, el madrileño también ha sido protagonista en dos de los obtenidos tras jugada individual; en ese mismo encuentro y frente a la Cultural. El otro, el fabricado por Gianniotas ante el Alcorcón para sellar el 4-0.
De falta directa tan solo ha logrado uno. Fue el marcado por Míchel en ese partido, aunque su disparo tocó en un defensa y la trayectoria del balón cambió para terminar en el fondo de las mallas. Atrás quedaron esos golazos anotados por, por ejemplo, Ebert.
Así las cosas, el método más repetido ha sido el de jugada colectiva (quince). Muy por detrás, de penalti (seis), de córner (cinco), tras rebote o fallo rival (tres), acción individual (tres), saque de falta (tres) y falta directa (uno) completan los 36 goles obtenidos por el Real Valladolid tras los quince partidos de Liga y los tres de Copa.