El Real Valladolid Promesas recibe este domingo al San Sebastián de los Reyes con la obligación de sumar de tres para intentar reengancharse a la salvación
Foto: Real Valladolid
A pesar de que días atrás Carlos Suárez y Miguel Ángel Gómez quisieron trasladar calma y tranquilidad, la situación del Real Valladolid Promesas empieza a ser límite, si no lo es ya. La última derrota contra el CD Guijuelo provocó que Miguel Rivera estallase y calificara a su equipo de «demasiado blando para lo que es la categoría» y «excesivamente fácil para los contrarios».
Esta semana el técnico andaluz habrá tenido que hallar la respuesta a la pregunta que se hacía a sí mismo sobre qué más tiene que trabajar para que la pobreza desaparezca de cara al choque de este domingo, a partir de las 12:00 horas, contra el San Sebastián de los Reyes. Y es que si bien ante el Fuenlabrada su equipo fue capaz de competir bien, contra los chacineros pareció olvidarse de aquello.
Ese «fútbol de infantiles» debe desaparecer, porque solo así llegarán los resultados positivos, que ya hacen falta. Por más que se quiera ocultar el siguiente equipo está a cinco puntos y la salvación ya a siete, por lo que ante los madrileños solo vale ganar para intentar reengancharse mínimamente; para intentar llegar con vida al mercado invernal.
Aunque no se ha hecho oficial la situación de la plantilla, debido a esa actuación más reciente, no sería descabellado que volvieran al once jugadores como Corral o incluso Mayoral, que volvió a jugar hace dos semanas. También volverá a estar disponible Miguel, que esta semana se estrenó con la selección sub 19 y lo hizo como goleador, algo que todavía no ha podido hacer con el Promesas y que, de darse, ayudaría mucho a la situación general de un filial tremendamente necesitado.
El Sanse llega a Valladolid en una situación desahogada, noveno con veinte puntos, cinco más que la zona caliente de la clasificación. Y lo hace, también, con cuatro victorias como visitante en el zurrón, lo que le convierte en un enemigo a tener en cuenta, y más cuando uno de esos triunfos fue contra el Fabril, uno de los equipos que están optando de pleno derecho al play-off de ascenso.
Los de Alfredo Santaelena afrontan su segunda temporada en la categoría con modestia, puesto que en su plantilla no hay grandes nombres y sí una mezcla de gente joven con otra experimentada en Segunda B, como su mediocentro Zazo, que roza los trescientos partidos o como un viejo conocido de la afición local como es el atacante Rubén Sánchez, que vuelve a Los Anexos con su enésimo equipo (ha militado en trece en diez años). Asimismo, cuenta con dos goleadores no demasiado prolíferos, pero que suman más tantos que todo el filial: Borja, que lleva cuatro, y su estilete en ataque, Rubén Mesa, que acumula cinco.