El entrenador del Villa de Simancas pasó por #HacemosCantera para analizar el comienzo de la temporada de su equipo, al que llegó el pasado verano

Foto: Rosa M. Martín
El comienzo de Miguel de la Fuente al frente del Villa de Simancas fue positivo en cuanto a la pretemporada, aunque eso pudo pesarles en el inicio de la competición. Derrotaron al Real Valladolid B y jugaron la final del Diputación contra el Atlético Tordesillas, en la que cayeron. Pero las sensaciones no fueron malas y crearon «expectativas más altas», como reconoció en #HacemosCantera.
En la sintonía de Radio Marca Valladolid, explicó que el partido contra el Onzonilla, en el que se impusieron por 0-2 en la pasada jornada, lo habían preparado «a conciencia». «Sabíamos que si cerrábamos el carril central iban a cometer errores por fuera. Se antojaba muy importante; no tanto en puntos, pero sí en ilusión», comentó.
Miguel admitió que empezar esta andadura no ha sido un camino de rosas. «Nos ha costado mucho iniciar esta etapa. El proceso de aprendizaje ha sido más fuerte de lo esperado«, señaló. Y es que el técnico ha pasado del banquillo del Victoria de Liga Nacional al del Simancas en Regional Aficionado. También el cambio ha sido grande para los jugadores, ya que buena parte de la plantilla estaba ya con Diego Macón. «Aunque ha habido siete u ocho incorporaciones», apuntó.
El entrenador sabe que se encuentra en un equipo que está llamado a ocupar la zona alta de la tabla. «Por el pasado reciente, puede ser así, pero hay que demostrarlo. Ni ahora somos candidatos al ascenso, ni hace dos meses el peor equipo de los últimos años», expresó. La victoria frente al Onzonilla les coloca en la sexta posición y podrían seguir creciendo en las siguientes jornadas; sobre todo si vence a la Ponferradina B, quinta, este fin de semana.
Una de las claves de la evolución está en los goles encajados, ya que el Simancas es el tercer equipo que menos recibe –ocho–. «El año pasado el equipo encajó 52 goles, una barbaridad. Priorizo el orden táctico», aseguró, tras lo que añadió uno de los puntos importantes: «Mantener la intensidad defensiva siempre».
Hubo tres jugadores que cambiaron al conjunto vallisoletano por el Cristo Atlético, aunque sus situaciones fueron diferentes. «Iván de Santiago nos comunicó desde el principio de la pretemporada que quería jugar en Tercera. Alvarito y Diego Gil lo hicieron cinco o seis días antes de empezar la pretemporada», explicó.
Por otro lado, respecto a su exequipo, el Victoria de Liga Nacional, aseguró que es un conjunto «nuevo». «Tiene la sombra del año pasado, pero no debe compararse con nadie. Al final de la temporada van a ser mejores«, dijo.
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