Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Duelo de necesidades. Yo quiero que no se me escapen los puestos altos, tú quieres alejarte de los de abajo. Yo necesito volver a ganar, tú… también. La contienda que librarán este domingo Pucela y Nástic de Tarragona en Zorrilla tiene todas las papeletas de convertirse en un manojo de nervios tanto para uno como para otro equipo. Y con razón. Es lo que tiene sumar varias jornadas consecutivas sin puntuar de tres.
Casualmente, las mismas. Tres semanas. Tres partidos que parecen tres tristes historias para el Real Valladolid, ya harto de empatar, y para el conjunto catalán, que quiere demostrarse a sí mismo que puede hacerlo mejor, que vale para mucho más de lo que está demostrando después de doce jornadas disputadas.
Queda tiempo
Pero claro, mirar a la clasificación asusta. El Nástic descansa ahora mismo en la decimoctava casilla de la tabla con doce puntos, o lo que es lo mismo, se encuentra al borde del abismo de los puestos de Segunda B. Más si se tiene en cuenta que el primero que está en rojo, el Albacete, cuenta con el mismo número. Pese a que esto solo acaba de comenzar, ya puede considerarse un partido crucial para los de Antonio Rodríguez, alias Rodri.
¿Rodri? ¿Pero no fue Lluís Carreras, un técnico experimentado en la categoría, quien empezó la temporada con el conjunto grana? Efectivamente, empezó pero no terminará. Y es que el Nástic fue el primer equipo en destituir a su entrenador en toda Segunda División cuando tan solo se llevaban disputados cuatro partidos. Un punto de doce posibles llevó a la directiva a cortar por lo sano.
Quién lo diría después del año pasado, en el que el equipo consiguió salvarse en las últimas jornadas, con algo de sufrimiento pero ni mucho menos de forma agónica con una distancia de cuatro puntos respecto al descenso. Esta temporada el objetivo es asentarse en la categoría, y si bien el comienzo no ha sido el mejor, el desembarco de Rodri ha dado un aire nuevo al equipo, todavía con mucho camino por recorrer.
Y es que pese a todo, con la llegada del hasta entonces técnico del Pobla de Mafumet los números son de salvación. Con Rodri, once puntos de veinticuatro posibles. O lo que es lo mismo, tres victorias, dos empates y tres derrotas. Sin tirar cohetes, está claro que ha sido el comienzo el que todavía lastra al Nástic. Pero no solo eso. El vestuario parece haber ganado en confianza, parece creérselo más. Falta dar con la tecla.
Poco a poco
Y la tecla tiene nombre propio. Se llama Ikechukwu Uche, el pichichi del equipo con cinco goles de doce del equipo tarraconense hasta el momento. Pero, ay amigo. Buenas noticias para el Real Valladolid. Y es que el delantero nigeriano, tal y como destacó Luis César este mismo viernes, será baja junto a otros jugadores relevantes como Sergio Tejera o Eddy Silvestre. Mala suerte en forma de lesiones.
Casualmente la racha de tres victorias sin conocer la derrota ha coincidido con la ausencia de Uche en estos encuentros, una clara señal. Y sino que se lo digan a Barcelona B (0-0), Lugo (1-0) o Alcorcón (0-3), que no tuvieron que sufrir la velocidad y la capacidad goleadora del punta.
Un hecho que ha obligado a Rodri a dejar solo en la zona de ataque a Manu Barreiro, que si bien ha conseguido taladrar la portería rival en dos ocasiones por el momento, no está en tan buen estado de forma como estaba su compañero hasta que cayó lesionado. Desde entonces el entrenador no ha tenido otra opción que probar con el 4-2-3-1 como formación cuando hasta el momento había hecho uso del 4-4-2 o incluso del 4-3-3.
Lo de este domingo será una pelea a vida o muerte con la balanza inicialmente inclinada hacia el lado del Real Valladolid, más teniendo en cuenta que el Nástic apenas ha rascado cinco puntos de dieciocho posibles como foráneo. Y es que ya se sabe que en ocasiones el animal herido es más peligroso que en condiciones normales, bien lo sabe Luis César Sampedro.
Curiosidad del rival de esta jornada: ¿Por qué se conoce con el mote de ‘romanos’ a los jugadores del Nástic? El equipo tomó la denominación que recibe la ciudad, y es que Tarragona fue uno de los bastiones del Imperio Romano tras la conquista de Hispania. De hecho hay múltiples restos arqueológicos del paso romano por la ciudad, como el anfiteatro, las murallas o el acueducto.