Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Sensaciones buenas en Liga… ¿trasladadas a la Copa? Es momento de dejarse llevar en el torneo del KO, no literalmente para no caer en la derrota previsible, pero sí para disfrutar de la eliminatoria que enfrentará al Real Valladolid por primera vez este año a un equipo de Primera. Un Leganés que oficialmente ya se ha convertido en la revelación de la temporada de la máxima categoría, y lo que le queda.
Vale, es evidente que precisamente la Copa es otro cantar, una nueva oportunidad para aquellos que gozan de menos minutos en el campeonato casero. Como movimiento previsible, ambos entrenadores optarán por varias sus onces habituales, ¿pero por qué no imaginarse un buen espectáculo este miércoles en Zorrilla con dos equipos que están dando la talla?
Por derecho propio
Y es que no van mal los de Asier Garitano, y menos teniendo en cuenta que esta es tan solo su segunda temporada en Primera. Quintos en la clasificación con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, que se dice pronto, el conjunto madrileño acumula diecisiete puntos en nueve jornadas. Unos números de récord y que tan solo le sitúan por detrás de Barcelona, Valencia, Real Madrid y Atlético. Dicho así, asusta.
Y sus números, también. El Lega, con ese estilo humilde y reposado que le caracteriza allá por donde va, apenas ha hincado la rodilla en dos ocasiones este curso, lo que se traduce en dos empates y la friolera de cinco victorias. Pero hay más. Estas han llegado con ocho goles a favor y tan solo tres encajados. Los mismos que el líder, el FC Barcelona, lo cual hace que ambos tengan el honor de ser el menos goleado de Europa.
¿Qué está haciendo tan bien este Leganés para que las cosas le vayan tan bien con una economía tan humilde, casi contra natura para lo que es el mundo del fútbol a día de hoy? Para empezar, las buenas artes de Asier Garitano. Un entrenador que aún con mucho camino por delante ya es historia viva del club pepinero. De Segunda B a Primera y de ahí a triunfar en la categoría de oro no está al alcance de cualquiera, y el entrenador vasco lo ha conseguido haciendo del vestuario una auténtica piña.
Pero volviendo a la cuestión numérica, la línea defensiva de este Leganés ha conseguido ganarse el título de casi irrompible por derecho propio. Más allá de las tres ocasiones en las que ha tocado recoger el balón del fondo de las mallas, lo cierto es que el Pichu Cuellar, uno de los trascendentales fichajes del verano, suma siete de los nueve partidos sin encajar gol, si bien lo lógico es que en Zorrilla tome el relevo el argentino Champagne.
Fichajes a bajo coste
Pero no solo el ex del Sporting ha resultado ser una de las incorporaciones estrella. Amrabat, Eraso o Beauvue le han dado un soplo de aire fresco al ataque y poco a poco se van conformando como esos nombres fundamentales de un equipo que marcará época. La política de fichajes del Leganés se basa en algo que muchos aficionados despreciarían como son los descartes de otros equipos, pero con buen tino y acierto las cosas funcionan.
Y es que Garitano lo tiene claro. Un habitual 4-2-3-1 con ataques a la contra concentrados por bandas y un doble pivote potente formado por Gabriel Pires y Roberto Pérez para asegurar la contención en el centro del campo. Todo ello unido a una conexión mágica, telepática ya no solo entre los habituales sino entre toda la plantilla hacen de este Leganés un equipo muy a tener en cuenta. Y esto con apenas cuatro millones de euros de presupuesto.
Es pronto para aventurarse a decir lo que puede hacer el Lega esta temporada, pero lo que ya una evidencia es que el equipo está destinado a algo grande. Una afición ilusionada, que llena Butarque prácticamente partido a partido bien lo sabe, aunque este miércoles la contienda tenga lugar en Zorrilla. Mucho cuidado deberán tener los blanquivioletas para no salir trasquilados.
Curiosidad del rival de esta jornada: ¿Por qué se llama al Leganés el equipo pepinero? Todo se remonta a la época antigua, cuando el lugar era una villa agrícola que abastecía a la capital madrileña con sus múltiples huertas. Un mote que ha perdurado hasta la actualidad después de que el club decidiera hacerlo suyo hace muchos años.