Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Foto: Mundo Deportivo
Y dos meses después de un decepcionante final, toca volver a empezar. El Real Valladolid arranca este sábado la temporada 2017/18 en casa, y lo hará ante un rival, el Barcelona B, que no se espera sencillo pese a tratarse de un recién ascendido. Las expectativas de la afición de Zorrilla para este año vuelven a estar en todo lo alto, como en cada comienzo de curso, y qué mejor manera de comenzar con buen pie que con tres puntos en casa.
Sí señor, porque la pretemporada, tan cerquita en el calendario, ya es historia. Dentro de unos meses, nadie recordará esos partidos en los que los de Luis César Sampedro han transmitido tan buenas sensaciones. La casa parece tener buenos cimientos, pero de nada servirá si no sigue construyéndose jornada tras jornada de manera constante. Ahora comienza lo serio.
Tren de vuelta
¿Y qué le espera al Pucela como primera piedra de toque? Pues un filial barcelonista que, pese al regular momento por el que atraviesa el primer equipo, no entregará la cuchara tan fácilmente. Los de Gerard López cuentan con armas poderosas en una plantilla renovada, pese a que los más críticos estén acusando al club de haber perdido la esencia de nutrirse de jugadores de categorías inferiores tan arraigada en los últimos años.
Todo se remonta a la temporada pasada, cuando el Barcelona B consiguió el regreso a la categoría de plata tras un año estratosférico. Dos años en Segunda B han sido suficientes para purificar pecados con el técnico catalán al mando. Sobra decir que el objetivo primordial para un filial siempre pasa por conseguir que la mayor cantidad de figuras acaben asentándose en el primer equipo, como también es obvio que Segunda División es una categoría más apta para conseguir esa experiencia.
Por eso la primera meta del conjunto culé pasa por cosechar la salvación y, a partir de ahí, seguir haciendo su camino. Toca apaciguar esas voces que aseguran que el filial ya no es lo que era, si bien es cierto que parece haber pocos jugadores con cartas para pegar el salto más allá de Marlon o Aleñá. Es momento de dejar a los fichajes a un lado y volver a incorporar a chicos de categorías inferiores con hambre.
Habrá que hacerlo con la misma base táctica y técnica del año pasado. El hecho de que la Cultural Leonesa se impusiera a los de Gerard López en el primer enfrentamiento del play off para lograr el ascenso, después de una temporada en la que se consiguió quedar primero de grupo de manera incontestable con el récord de puntos en la categoría –82–, cayó en el olvido cuando el filial dejó en la cuneta al Racing para conseguir el preciado premio. Y todo ello con un juego envidiable.
Pretemporada dura

El mismo juego, por otra parte, que ya ha intentado mantener el técnico durante los diferentes amistosos de verano. La última prueba, hace apenas una semana ante el Lleida y que concluyó con triunfó culé por un 1-0 que bien podría haber terminado con más goles, deja a las claras que el conjunto ya está rodado para concluir la pretemporada con tres victorias, un empate y dos derrotas en seis partidos.
Y es que los de Gerard López han sumado varios nombres interesantes a una plantilla ya de por sí completa y compensada, tales como David Concha, el ‘Choco’ Lozano o Ruiz de Galarreta, todos ellos ya con cierta experiencia en Segunda. ¿Es buena idea seguir trayendo a jugadores externos en vez de apostar directamente por los de abajo? Parece evidente que La Masía ha cambiado de metodología, desde luego.
Pero si a todo ello le sumamos otros especialistas que ya contaban con dorsal como el killer Marc Cardona, muy a atar en corto este sábado en Zorrilla -la temporada pasada cerró el curso con diecisiete dianas-, o Ferrán Sarsadenas, el espectáculo está garantizado. Y más teniendo en cuenta que si algo ha permanecido invariable en todos estos años es el juego de toque y toque del filial culé.
Curiosidad del rival de esta jornada: No ha sido fácil volver a Segunda para el Barcelona B. Muchos partidos, meses y sufrimiento que, al menos, han valido la pena. Tan bien se dio el año que los blaugranas igualaron el récord absoluto de puntos en la categoría, 82, que ya consiguiera el Levante en la temporada 1995/1996 en el Grupo III de Segunda B. Ahí es nada.