El Real Valladolid tan solo ha conseguido dejar su portería sin goles en 12 de los 39 partidos disputados en lo que va de liga

La pesadilla comenzó en el minuto 57 de partido. Iñigo Eguarás transformaba hace unos días en Anduva el penalti en el enfrentamiento que dirimían Mirandés y Real Valladolid. Era tan solo el principio del fin para los de Paco Herrera, que a la postre y a pesar de contar con un jugador más, acabarían viendo cómo el empate subía al marcador en el último segundo de manera que se escapaban dos puntos fundamentales, cruciales para el desarrollo de la temporada. Pero la cuestión es que detrás del primer gol hubo más intrahistoria de la que parece.
¿Por qué? Pues porque suponía un partido, otro más, que el Pucela terminaba sin dejar su portería a cero, sin que el cancerbero tuviera que adentrarse en su cárcel de redes para rescatar el balón. Y es que en este sentido los números hablan por sí solos, y no demasiado bien de los blanquivioletas. Transcurridas 39 jornadas desde que se alzara el telón de la Liga, los de Paco Herrera tan solo han conseguido dejar su marco impoluto en doce ocasiones. Sí, sí, tal cual. Ni siquiera se llega a la cifra de uno de cada tres partidos.
O lo que es lo mismo, el Real Valladolid termina, según un simple cálculo, un 69’24% de sus choques sufriendo al menos una celebración en contra. Lógicamente unas duelen más, otras duelen menos, todo depende del contexto. Pero los números están ahí. Los clamorosos errores defensivos han pasado factura en demasiadas ocasiones este año, y el último ejemplo en Anduva fue tan solo una función más de una obra que parece no tener fin y que en lo que va de segunda vuelta se ha repetido en demasía: solo dos veces la portería ha quedado sin mácula.
Un carro de goles
Los datos vienen a revelar más cuestiones interesantes de la actual temporada del Real Valladolid, en la que parece que el sufrir cuanto menos un gol es ya la tónica habitual para el aficionado blanquivioleta. De esas 27 ocasiones en las que los pucelanos han encajado, el tanteo se desglosa de la siguiente manera: en dieciséis choques ‘solo’ se encajó uno, en siete se recibieron dos y en hasta cuatro se recibieron tres o más ‘puñetazos’. Con aquel 6-2 en casa del Sevilla Atlético in memoriam, claro.
Es decir, que los de Paco Herrera han convertido en una constante el llevarse al menos un gol en el saco, si bien la buena noticia de todo esto es que en alguna que otra ocasión ha sido para llevarse de igual manera la victoria, con resultados como el clásico 2-1 ante el Mallorca, Elche o Córdoba –casualmente tres de los cuatro últimos encuentros en Zorrilla–. Es el único consuelo. Recibir no siempre significa quedarse sin puntuar de tres.
Curioso es también mirar el reparto entre los dos porteros titulares del Real Valladolid respecto a los doce partidos que la portería ha quedado sin sus redes tocadas. Isaac Becerra supera de manera flagrante a Pau Torres en un claro contraste de diez encuentrs imbatido frente a uno, algo lógico teniendo en cuenta las 31 titularidades del primero frente a las 8 del segundo.
¿Y el duodécimo choque de imbatido? Pues en esta excepción la tarta se reparte en el partido disputado en el Carranza, donde el Pucela consiguió escapar sin recibir goles pero Becerra tuvo que ser sustituido por Torres debido a una inoportuna lesión en el minuto 81. El único momento de la temporada en la que ha habido cambio de porteros sobre el campo, por cierto. Y es que cooperando también se consiguen los objetivos, faltaría más.
Y un último apunte llamativo. De estas doce ocasiones de imbatibilidad del Pucela ocho de ellas fueron en casa, en Zorrilla frente a su público, mientras que las cuatro restantes llegaron a la hora de ejercer como visitante. Un dato más a tener en cuenta para ser un poco optimista este sábado frente al Getafe, ¿no?