El Real Valladolid ha vencido al CD Mirandés en tres de los últimos cinco enfrentamientos; sin embargo, los blanquivioletas tiraron la pasada temporada por la borda en el feudo burgalés

En su famosa obra ‘La divina comedia’, Dante Alighieri contaba su periplo para ir del Infierno al Paraíso, previo paso por el Purgatorio. Camino por el que el poeta italiano transitó durante apenas veinticuatro horas, y que puede servir como paralelismo para definir la actual temporada del Real Valladolid.
Ahora que parece que los blanquivioletas comienzan a ver la luz al final del túnel, Anduva se antoja como el escenario idóneo para conseguir encadenar, por primera vez en este curso, tres victorias seguidas. El paso por el feudo del Mirandés, a modo de purgatorio, solo deja paso a dos posibles escenarios: el paraíso o el infierno.
Esta bifurcación de caminos no solo afecta a los hombres de Paco Herrera, sino que también los burgaleses se ven en la encrucijada de saber que una derrota puede significar decirle adiós a Segunda División. Dicen que el que no conoce su historia está condenado a repetirla, y el Real Valladolid debe repasar la suya si no quiere que vuelva a suceder lo mismo que el curso pasado.
En esa ocasión, los blanquivioletas salieron escaldados tras caer de forma contundente (4-1) ante los rojillos. Un resultado que terminó de enterrar las pocas opciones que los de Miguel Ángel Portugal tenían para soñar, aunque fuera de forma remota, con luchar por regresar a Primera División.
A ese partido llegó el Real Valladolid en la misma tesitura que lo hace ahora: tras dos victorias esperanzadoras y con la obligación moral y futbolística de sumar tres triunfos de forma consecutiva. Todo aquel que quiera llegar a la élite del fútbol español debe dar un mínimo ejemplo de continuidad, y los hombres de Paco Herrera deben hacer gala de ella en Anduva.
Con todo, lo cierto es que los enfrentamientos previos inclinan la balanza a favor de los blanquivioletas. No hace falta echar la vista demasiado atrás, sino que basta con recordar el partido de ida. En él, el Pucela endosó una ‘manita’ a un Mirandés que llegaba al José Zorrilla en pleno proceso de recuperación y que terminó hundiéndose aún más en la tabla.
En los últimos cinco enfrentamientos, el Real Valladolid se ha llevado el gato al agua en tres ocasiones. En total, han sido diez las dianas anotadas, por seis tantos encajados ante los burgaleses. Dejando de lado las dos abultadas victorias, una para cada bando, los blanquivioletas se impusieron por dos goles a uno al Mirandés en sendas ocasiones; mientras que ambos conjuntos firmaron las tablas en su primer enfrentamiento tras el descenso vallisoletano en 2014.
No obstante, ninguno de esos tres triunfos tuvo como escenario Miranda de Ebro, por lo que el partido de este domingo puede servir también para romper esa maldición. El feudo burgalés ha sido un infierno para los intereses blanquivioletas en las últimas tres temporadas, y no hay mejor ocasión que esta para revertir la situación.
En su paso por el purgatorio, los de Paco Herrera no estarán solos. La Federación de Peñas del Real Valladolid ha organizado un viaje al que se espera que acudan un millar de seguidores. Con el apoyo de la hinchada, Anduva debe ser, por fin, el paraíso blanquivioleta.