El entrenador del Atlético Tordesillas pasó por #HacemosCantera para hablar del lío en el que se ha metido en las últimas jornadas

La situación del Atlético Tordesillas vuelve a torcerse justo en el mismo tramo de la primera vuelta; sobre todo después de la derrota ante La Virgen del Camino. Y es que, por arrastres, el conjunto rojiblanco marca la permanencia en el Grupo VIII de Tercera División, aunque todo podría ser peor si bajase otro equipo más de Castilla y León de Segunda B.
De momento, tiene tres puntos más que el Sporting Uxama, que marca la zona de descenso. Ahora mismo bajarían cinco equipos, por lo que el Torde no debe dormirse. «Siempre es preocupante estar en esta situación. Sabemos que tenemos que ganar partidos para no complicarnos la vida», dijo Jesús Turiel, su entrenador, en #HacemosCantera.
«Si hubiéramos ganado al Astorga, habríamos adelantado cinco puestos de golpe y porrazo. Hay máxima igualdad y todos los puntos son importantes», lamentó. Pero no lo hizo y ahora se ha complicado la vida. «Los jugadores saben que queda trabajo por hacer. Trataremos de que se conciencien para sacar partidos y estar más tranquilos», apuntó.
Y es que este Torde apuntaba más hacia arriba que para abajo, pero al final la realidad ha sido otra. «Son muchas circunstancias. Hay que vivir el día a día del club y de los jugadores. Tenemos seis futbolistas que trabajan a turnos y una plantilla que a final de año se nos ha quedado muy corta, con lo cual es muy complicado competir. El número de entrenamientos es menor que el del resto y eso condiciona mucho la forma de trabajar y el lugar en el que se encuentra el equipo. Si tuviéramos la oportunidad de entrenar todos cuatro días…», explicó.
Y así lo reconoció el propio Turiel: «Cuando ves la plantilla, piensas en posiciones más cómodas, en que has mejorado respecto al año pasado. Las situaciones cambian y se dan vueltas a lo que va sucediendo. Al final el equipo no estaba tan compensado y nuestro trabajo no ha sido todo lo bueno que hubiéramos querido«.
Señaló también a las bajas como una de las causas principales de este cambio de rumbo. «Nos han afectado enormemente. La primera fue la de Farolo, que parece que ya nadie se acuerda de él y nos condicionó mucho porque era el que comandaba la portería». De hecho, el conjunto rojiblanco es el segundo que más goles encaja en este Grupo VIII. «La línea de atrás es la que más sufre porque es de donde más faltan por trabajo. Hemos intentado trabajar para corregir, pero al final nos condiciona mucho no poder hacerlo semanalmente», comentó.
Aseguró que no ha «pensado» en los puntos necesarios para sellar la permanencia, pero sí sabe cuál sería un número positivo. «Ojalá pudiéramos sacar siete. Por ahí podría estar el equipo en una zona tranquila y salvado. En la primera vuelta logramos nueve«, dijo.
La primera de las cuatro finales la disputará este sábado (17:00 horas) en el campo del Villaralbo. «Es el partido que tenemos que ganar sí o sí porque es el último«, afirmó. Y es que el conjunto zamorano solo ha logrado trece puntos y ya está descendido. Pese a ello, no se confiarán y lucharán «cada minuto de ese partido como si fuera una final».
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