Tras el buen partido de La Romareda, Jaime Mata buscará (y querrá) asentarse en el once de Paco Herrera y ser clave en la lucha por el play-off

Si hubo alguien que salió reforzado del partido ante el Real Zaragoza sin duda alguna fue Jaime Mata, quien volvió a ser de la partida ocho jornadas después y cuajó un encuentro más que aceptable, en un estadio, el de La Romareda, en el que sin embargo otra vez no fue de marcar gol.
Recordó al que comenzó el curso como titular con un buen desempeño. Porque pese que al inicio de la temporada los números y el rendimiento en general no acompañaron, en su ‘primera etapa’ en el once el delantero madrileño no dejaba de, partido tras partido, encontrar su sitio en el equipo e intentar adaptarse lo antes posible a su nuevo contexto.
Desde los primeros encuentros anduvo fuera de su posición natural, la de delantero centro, en parte por culpa del gran momento de José Arnaiz. Esto hizo que Mata jugase incómodo lejos de la portería rival. Tan «límite» llegó a ser esta situación que, en tan solo diez partidos de liga, el delantero fue expulsado en dos ocasiones.
No obstante, aunque los números siguen sin ser los mejores (tres goles en veintidós partidos y dos de ellos de penalti), tras el mal momento que pudo vivir al inicio de temporada, a medida que han pasado las jornadas, Mata ha ido mostrándose mucho más participativo y no solo trabajador en labores defensivas. Hecho que ha provocado, al menos de momento, el retorno de la confianza de Paco Herrera.
Ya se vio el domingo que este puede ser un buen momento para el ‘nueve’ madrileño, toda vez que volvió a la titularidad debido a la baja de última hora de José, quien vive su momento más flojo en cuanto a forma desde que es futbolista del primer equipo. De todos modos, el problema sería muchísimo menor si las sensaciones y el trabajo que desplegó Mata sobre el césped maño se repite en las jornadas restantes, ya que, aunque no consiguió el gol, fabricó la jugada que hizo que Juan Villar saborease las mieles del gol.
Esto, sumado al tan necesario buen hacer del resto de jugadores blanquivioletas, hace que el atacante pueda ser una solución muy válida para que el equipo vuelva a reconciliarse con su afición en el Nuevo Estadio José Zorrilla, uno que hasta ahora ha visto su mejor versión con cuentagotas pero que seguro celebrará su continuidad si, en efecto, se resuelve como la solución a los problemas ofensivos.