El Nàstic de Tarragona acumula jugadores con una calidad contrastada en la categoría en pos de la salvación

Ya hace casi un mes que el Nàstic de Tarragona no se encuentra en posiciones de descenso a Segunda B. Consiguió salir momentáneamente de la quema un veintisiete de febrero, cuando derrotó al Real Zaragoza en La Romareda por un gol a dos. Sin embargo, para llegar a esta situación algo menos peligrosa (actualmente le separa un punto del Rayo Vallecano, equipo que marca el descenso a la categoría de bronce) ha tenido que remar mucho y, sobre todo, reforzarse.
Estos refuerzos no solo han llegado durante el mes de enero, que también, sino que desde septiembre se ha construido casi un equipo nuevo que poco tenía que ver con el que el año pasado concluyó la liga en tercera posición y no fue capaz de ascender a la máxima categoría del fútbol español a través de la promoción.
Si repasamos la actual plantilla del conjunto catalán, encontraremos una serie de jugadores que nos pueden ser familiares, más allá de la presencia del todavía blanquivioleta Luismi, quien se encuentra cedido allí y con los minutos que aquí no encontró.
Ya en verano llegaron nombres como los de Ikechukwu Uche, Dimitrievski o Alberto Lopo. Este último ya no se encuentra en la disciplina tarraconense, toda vez que la entidad gimnástica rescindiera su contrato en enero para dar espacio a los más que necesarios refuerzos invernales.
Por su parte, Uche está teniendo una temporada con tantas luces como sombras. No es titular indiscutible y acciones como la que le costó su expulsión ante el UCAM de Murcia hacen que el que fuera pichichi de la categoría hace ya once años no acabe de asentarse en el equipo, pese a sus cinco goles.
El portero Dimitrievski es otro caso parecido, y actualmente es suplente en favor de Manolo Reina. El portero macedonia ha disputado, hasta la fecha, nueve encuentros con el Nàstic de Tarragona, encajando catorce goles.
Estos vaivenes parecen haber sido corregidos en el conjunto catalán gracias a los refuerzos invernales, pese a la derrota en casa del viernes pasado frente al Elche. Los refuerzos en este período fueron el central Bruno Perone, Manu Barreiro, el ya citado Luismi y el archiconocido Achile Emaná.
De este último basta decir que desde su llegada es titular indiscutible, que ha cambiado la cara al equipo en el juego ofensivo, que ya acumula dos tantos y que, además, comparte vestuario con su hermano Stéphane Emaná, doce años menor que el exjugador del Betis, y que dio la victoria con un doblete al equipo tarraconense en la siempre complicada cancha del Lugo.
Otro refuerzo que ha empezado a sumar desde que ha llegado en invierno y es ahora imprescindible para Merino es Perone, que además suma también un gol desde el centro de la zaga. Un tanto también lleva el blanquivioleta Luismi, titular en los ocho partidos que ha jugado hasta que se lesionó frente al Real Zaragoza y que podría reaparecer frente al Real Valladolid.
Por último, Manu Barreiro está aportando desde el banquillo, como con el gol que hizo frente al Elche el viernes pasado tras salir por Emaná en el segundo tiempo. Pese a haber sido titular en solo tres partidos de los diez que ha disputado, ha anotado dos goles en las tres últimas jornadas, por lo que será un jugador a vigilar por el conjunto de Paco Herrera.
A estos fichajes, se suman nombres como el del veterano Iago Bouzón, el extremo canterano del Barça Lobato, el del cerebro del equipo, Sergio Tejera, o el de uno de los hombres más importantes en ataque del conjunto catalán, el chileno Juan Delgado.
En definitiva, el Nàstic que se presentará en Zorrilla el sábado será un equipo remozado, que ha apostado fuerte en invierno para eludir el descenso y que maneja una serie de jugadores más que contrastados en la categoría.