El pobre rendimiento del Real Valladolid en las últimas jornadas deja una clara diferencia de minutos entre titulares y suplentes

Desde el principio del campeonato se ha visto como Paco Herrera se ha aferrado a un bloque de diez jugadores que sobrepasan los 1.800 minutos jugados. Sin embargo, pese a superar este grupo las veintidós jornadas jugadas, por lo general, no está rindiendo al nivel que se esperaba.
La derrota del otro día, en cierta medida, vino bien para reflexionar y ver hacia dónde va el equipo y cuál es el verdadero objetivo del Real Valladolid esta temporada. Si observamos el once titular del último partido (Pau; Markel, Guitián, Álex Pérez, Balbi; André Leão, Jordán, Álex López, Míchel, Juan Villar; y José) se aprecia cómo, excepto Pau Torres, Markel Etxeberría y Juan Villar, todos los futbolistas sobrepasan los 1.800 minutos jugados, lo que equivale a más de veintidós apariciones a lo largo de la presente temporada. A parte están Javi Moyano con 2.520’, Isaac Becerra con 1.881’ y José con 1.796’.
A priori, lo anterior contado podrían ser tan sólo números, pero en las últimas jornadas todos hemos caído en la cuenta de que hay un denominador común: el equipo, en teoría titular, está fundido físicamente y pasados los cincuenta minutos de partido les cuesta un triunfo crear acciones ofensivas en superioridad y ya no digamos mantener una presión elevada.
Todo esto hace compartir una misma sensación a casi toda la parroquia blanquivioleta, y es que estamos ante una plantilla de futbolistas muy titulares, de futbolistas que para Paco Herrera son insustituibles o esenciales. Dato incomprensible cuando los números del equipo son muy mejorables y cuando vemos que en las últimas jornadas el rendimiento recuerda al que todos sufrimos la dichosa temporada pasada.
Por lo que, una de las opciones del entrenador pacense es, si sigue metido en la banqueta como en gran parte de los partidos, girar su cuello hacia la derecha para ver a jugadores que ya no se acuerdan de lo que es ser titular en partido oficial. Jugadores que en los pocos minutos que han tenido han hecho méritos suficientes para, al menos, plantearle la duda al entrenador.
Y es que hay gente con el chándal puesto que podría aportar mucho más que lo que últimamente estamos acostumbrados a ver por parte de los en teoría titulares hasta la fecha.
Jugadores como Markel Etxeberría, Anuar, Rafa, Dejan Dražić, Lichnovsky o Ángel, en su mayoría no llegan a los 1.000 minutos y son futbolistas, que cuando han dispuesto de más tiempo del habitual, han aportado cosas diferentes y, sobre todo, un estado físico mejor que lo que llevamos viendo ya demasiadas jornadas.
Desde aquí no se intenta imponer a ningún futbolista en concreto (principalmente porque resultaría inútil), lo único que se pretende decir es que igual ya es la hora de hacer que algún titular se siente en el banquillo para volver a ganarse el puesto desde la humildad y que, si llevamos veintinueve jornadas jugando con los de casi siempre y no hemos visto un rendimiento bueno igual es hora de cambiar algo y de cambiar para que las cosas cambien. Ya que un cambio sin un mínimo giro de timón se antoja muy complicado.