Desde la lesión de Isaac Becerra ante el Cádiz, el empate ante el Tenerife ha sido el único encuentro en el que el Real Valladolid no ha recibido ningún gol en contra

Tras la goleada recibida la semana pasada a manos del Levante, toca analizar los errores y aprender de ellos para así evitar que vuelvan a repetirse. Los cuatro tantos encajados ponen de manifiesto algo que venía viéndose en los últimos encuentros: el Real Valladolid ha perdido solidez defensiva.
Lejos de señalar ningún culpable, lo cierto es que los de Paco Herrera deben ponerse las pilas si quieren optar por estar en los puestos altos de la tabla al final de temporada. Y para empezar, qué mejor que la portería. Está claro que cualquier equipo que quiera ascender debe ser sólido, y para ello hay que empezar la casa por los cimientos.
El técnico del Real Valladolid ha podido comprobar de primera mano las cualidades de sus dos guardametas, y lo ha hecho en dos momentos muy diferentes de la temporada. Isaac Becerra, que ya en verano partía como favorito, fue el encargado de defender la meta blanquivioleta durante la primera vuelta. Sin embargo, su lesión ante el Cádiz abrió la puerta a Pau Torres, que hasta ese momento parecía abocado a ser el segundo de abordo del catalán.
En ocho partidos como cancerbero titular, Torres solo ha mantenido en una ocasión su meta a cero. Fue en el empate a cero ante el Tenerife, correspondiente a la vigésimo quinta jornada del campeonato. En total, Pau acumula once tantos en contra, por los siete que el Real Valladolid ha marcado cuando él ha sido titular.
Siguiendo con los números, Torres ha mantenido la portería a cero un total de 191 minutos. En concreto, esta franja va desde el segundo gol encajado ante el Girona hasta el anotado por el UCAM Murcia al filo del pitido final. Apenas doce minutos del primer choque, que sumados a los noventa ante el Tenerife y los ochenta y nueve frente a los murcianos suponen poco más de dos partidos sin encajar ningún tanto.
Comparado con su ‘rival’, Torres pierde la partida ante Becerra. El guardameta procedente del Girona sumó un total de nueve partidos sin recibir un gol en contra, tres de forma consecutiva. Un total de 324 minutos que suponen su mejor racha sin encajar, y que además coincide con dos marcadores abultados: el 0-3 cosechado en el campo del Mallorca y el 5-0 endosado al Mirandés.
La mala suerte de Pau Torres no debe ser una excusa
A pesar de los números, y de que Isaac ya se encuentra totalmente recuperado de su lesión, Paco Herrera esgrime la búsqueda de la estabilidad como argumento para que Pau Torres siga siendo el portero titular. Cierto es que la falta de solidez defensiva no viene provocada únicamente por el relevo bajo los palos, sino que la caraja afecta también a los hombres de atrás.
En lo referente a Torres, la suerte le ha sido un tanto esquiva. Para muestra, un botón: el segundo gol encajado ante el Girona, provocado por una falta de entendimiento con Guitián. Una mala decisión del central, un mal bote, y el balón al fondo de la red. Una jugada fortuita, al fin y al cabo.
Sin embargo, no es justo escudarse en el azar, y lo cierto es que Pau no estuvo nada acertado en la dolorosa derrota ante el Levante. El primer tanto es fruto de un penalti provocado por él mismo en una acción infantil, si bien es cierto que Roger exagera su caída. En el segundo, no hay excusa posible. El disparo de Postigo va directo a la escuadra, el guardameta mete la mano en lugar de despejar y su fallo estrepitoso supone un mazazo del que el Real Valladolid no supo recuperarse.
Sea como fuere, lo cierto es que Paco Herrera debe insistir en volver a recuperar la solidez defensiva necesaria para que los blanquivioletas terminen el curso en puestos de play-off. Ahí es donde radica la misión de Pau Torres, que no es otra que mantener la portería a cero durante más tiempo.