El equipo del barrio de Girón completó un partido a la altura de su necesidad y goleó a un Vallecas que perdió el norte

Foto: Jesús Domínguez
Quizá no cabía otra cosa, pero el San Pío X cuajó un partido serio e intenso ante un Vallecas CF impotente, que se marchó de Los Cerros goleado y bastante desquiciado. Quizá no cabía otra cosa pero dos jornadas atrás las rojiblancas dieron una pobre imagen ante otro rival directo como el Alhóndiga, por lo que había ciertos nervios en la previa, aunque también sabor a lo que era: una final.
En esta ocasión, al contrario que en aquel último envite en casa, las jugadoras que dirige Martín Olmedo se repusieron a cualquier adversidad y se impusieron a un rival que no se puede despistar ni confiar como parecían hacer sus aficionados en la derrota: se jactaban de estar por encima, en mitad de tabla, pero vuelven a tener el descenso a cuatro puntos, por lo que no deben descuidarse y, por el contrario, sí preocuparse más por el fútbol.
Sería injusto afear que no lo mostrasen en Valladolid, teniendo en cuenta que el del equipo del barrio de Girón fue también bastante rudimentario, pero al menos no fue tan tosco. La intensidad ganó a la belleza, pero al menos el San Pío gestionó bien la tensión y quiso, si no más, sí mejor, en la enésima vuelta de tuerca realizada por Martín Olmedo en busca del milagro.
El técnico pobló el centro del campo con tres futbolistas, a las que sumó por detrás dos centrales con capacidad de jugar el balón y que saben lo que es jugar por delante. Sin embargo, el cambio táctico dio consistencia pero no tanto capacidad de tener el cuero y manejarlo con soltura, debido a que las vallecanas iban a cada disputa como si la vida les fuera en ello.
A los dos minutos Zipi tuvo el típico arreón marca de la casa, pero esta vez no pudo materializar un tempranero tanto que se demoraría un cuarto de hora. En el diecisiete, Lore dibujó un buen pase a la espalda de la defensa que llegó a Nere, que jugó más adelantada de lo que suele. Con templanza, como si la cosa no fuera con ella, con dos toques se zafó de la oposición de la zaga y con un tercero picó por encima de la portera para hacer el uno a cero.
Su gol y sus nervios de acero marcaron la diferencia en una primera mitad muy trabada, con continuas imprecisiones y sin un dominador real. Cada intento de progresar de los ataques era frenado por las defensas, principalmente por la de quien tenía menos el esférico (si es que en este aspecto hubo diferencia), un Vallecas que en ataque hizo solo dos cositas que no inquietaron a Lucía.
Al poco de reanudarse el encuentro el técnico madrileño dio entrada a Ángeles, su máxima goleadora, y que pronto alteraría el transcurso del juego. El arreón inicial halló la recompensa en forma de gol del empate, en un córner que la atacante envió a la jaula con un testarazo inapenable. Apenas lo celebró: recogieron rápido el cuero y se fueron a por más. Para al final no conseguir nada.

Foto: Jesús Domínguez
Fue la hora de la verdad, aquel instante en el que dos jornadas atrás el San Pío se descompuso. Pero esta vez no tocaba. Zipi, más activa y proactiva que otras veces, marcó el dos a uno en el minuto ‘mágico’, después de llevársela con fuerza algo escorada a la izquierda y de definir bien. El corazón que dibujó con los dedos fue no solamente una celebración dedicada a su pareja, sino también una metáfora: el San Pío (le) late; sigue vivo.
Poco después sucedió una acción que cambió el partido, porque a partir de entonces el Vallecas se descompuso. Raquel hizo un penalti sobre Ángeles que David Rivera García no decretó y las visitantes entraron en barrena. Más aún cuando, en el 79′, Sandra hizo de vaselina el tres a uno en otro balón a la espalda de la zaga, que pidió fuera de juego.
Todavía quedaba la rúbrica, de Zipi un minuto después, de nuevo por encima de Gloria, y que facilita el golaveraje a las rojiblancas (con el particular empatado, el general les es favorable). Desnortadas por la goleada y por las protestas que caldearon el encuentro alrededor del campo, a las madrileñas solo les quedó aguantar el chaparrón y esperar el silbatazo final. Antes de este, su delegado sería expulsado por protestar, como Sandra minutos más tarde por una reacción violenta sobre Tamara.
El triunfo concede una vida extra a un San Pío que se acerca a tres puntos de la salvación, después del empate en casa del Zamora ante el Dinamo Guadalajara, precisamente su próximo rival, y quien todavía sueña con alcanzar la cuarta posición que hoy ocupa el CD Parquesol. Permite creer que aún es posible una machada que solo lo será manteniendo la concentración vista ante el Vallecas. Porque buen fútbol no, pero de eso tuvo de sobra.
San Pío X: Lucía; Peke, Lore, Noe, Sara (Sandra, min. 73); Cris Franco, Nerea Fidalgo, Mónica Padilla; Paula (Laura, min. 64), Zipi y Nere (Raquel, min. 58).
Vallecas CF: Gloria; Moni (Ángeles, min. 49), Paloma, Albis (Tamara, min. 73), Lauri; Fide, Meli; Sandra, Carol, Fide (MJ, min. 67); y Peke.
Goles: 1-0, min. 19: Nere. 1-1, min. 59: Ángeles. 2-1, min. 69: Zipi. 3-1, min. 79: Sandra. 4-1, min. 80: Zipi.
Árbitro: David Rivera García, asistido en las bandas por Silvia Fernández Pérez y Esther Martín Alonso. Expulsó a la local Sandra por roja directa por una agresión sobre la visitante Tamara, que fue amonestada en la misma acción. También vieron la amarilla las vallecanas Carol, Lauri y MJ y también fue expulsado Francisco Pardo, delegado visitante.