El líder fulmina al Real Valladolid (0-4) en otro partido apático, espeso y sin ideas de los de Herrera, que se alejan de los puestos de play-off

Hace un par de días, Paco Herrera aseguraba que en estos partidos «a los jugadores no les hace falta motivación». Parecía que la llegada del líder podría ser el mejor estímulo para que el Real Valladolid remontara el vuelo y se reenganchara a ese dichoso play-off que parece resistirse. Pero si alguien este sábado quería ver a unos futbolistas motivados, en el José Zorrilla se equivocó de escenario.
Algunos adjetivos idóneos para definirlos este sábado habría sido indolentes, abúlicos. Quizá no los noventa minutos, pero sí la gran parte del encuentro. También decía el técnico blanquivioleta que su plantilla solía realmente disputar, en el estricto sentido de la palabra, 45 minutos, casi siempre la primera parte. Esta vez sería difícil decir cuánto tiempo plantó cara el Real Valladolid, pero lo que está claro es que lo hizo a cuentagotas y cuando el encuentro ya parecía resuelto.
Empezó a morder con dos goles abajo en el marcador. Porque cuando se quiso dar cuenta el Valladolid, ya iba perdiendo, y la segunda vez que se percató de que estaba en el césped, el electrónico marcaba 0-2.
Un penalti algo dudoso de Pau Torres cometido sobre el exblanquivioleta Roger supuso el primero. Y es que el guardameta tocó al delantero, aunque este puso también su parte para caer. Luego cogió el balón, lo envió a la red y no festejó, como en la primera vuelta. Era la primera vez que el Levante pisaba el área con relativo peligro.
Hasta entonces, el partido andaba plano. Los locales mantenían la posesión, en ningún momento con verticalidad, y los valencianos buscaban su oportunidad a la contra. Pero el gol llegó de penalti y provocó un bajonazo a los de Herrera, del que no se levantarían en el resto del convite. Antes del descanso llegaría el segundo tanto, en otro error de Pau Torres, que se comió un centro-chut de Postigo desde la derecha.
Tímida reacción en la segunda mitad
En otras circunstancias, se podría haber pensado que el Real Valladolid podría haber puesto en apuros al líder, aunque sea por fe y sin fútbol. Pero viendo que para que los blanquivioletas hagan unos minutos decentes en las últimas jornadas hace falta que se junten varios astros, poco había que hacer. Sí hubo reacción, tímida, en el inicio de la segunda mitad a base de centros y alguna internada de José. Pero el primer disparo a puerta no llegaría hasta el minuto 59. Así, difícil.
Un mínimo empuje que se prolongó hasta el minuto setenta y tres, cuando cayó el tercer tanto. Un pase entre líneas medido de Verza que aprovechó Morales para poner el tercero y sentenciar la contienda. El Real Valladolid bajó los brazos definitivamente, algo que parecía haber hecho tiempo antes ya Paco Herrera, que no salió de su caseta desde el inicio del segundo acto.
Al que tampoco se le vio fue a Juan Villar, otra vez más siendo el más apático de todos. José o De Tomás, quien jugó solo el tramo final, al menos lo intentaron. Pero el onubense permaneció los noventa minutos negado en el pase, entreteniéndose con el balón y nulo de cara a puerta. Y entre tantos fueras de juego que le pitaron, llegó el cuarto y definitivo gol. Tan solo cinco minutos después, obra de Jason. El líder asaltaba Zorrilla y lo peor es que no le había hecho falta ni despeinarse.
A la escasez de fútbol, de ideas y, sobre todo, de actitud, se le sumó el resultado. Porque por mucha fe que imprimiera el equipo durante algunos minutos, primó el juego horizontal, espeso y aburrido que arrastra el equipo en las últimas semanas. La segunda parte del Lugo no era casualidad; el partido ante el Huesca no supuso una excepción.
La goleada encajada ante el líder supone un golpe duro, una talegada, otra más, de un equipo que no acaba de creerse que puede ascender. Y está en duda que el proyecto de Herrera salga a flote antes de que la temporada finalice. Empieza a parecer que el play off empieza a dar alergia a los pucelanos. La próxima semana, tendrán la oportunidad de subirse a otro tren, que pasará por Alcorcón. De no ser así, podría hacérsele larga la temporada al Real Valladolid, y sobre todo a su técnico, que esta tarde vuelve a quedar tocado.