El Real Valladolid solo ha conseguido catorce puntos como visitante, un dato que debe hacer más positivo si quiere entrar en el play-off

Ganar como visitante siempre se ha vendido caro en Segunda, y esta temporada no iba a ser diferente. Sacando de estos datos a un Levante lanzado a Primera –con veinticuatro puntos lejos del Ciudad de Valencia–, el resto de equipos no ha pasado de las veinte unidades. Es difícil para todos, pero para un equipo como el Real Valladolid, con catorce, no lo debería ser tanto.
Los números en casa son buenos –veinticinco puntos–, aunque no se complementan con los de fuera y eso lastra el objetivo blanquivioleta. Y es que el Pucela no enamora con su juego y no ha encontrado la estabilidad necesaria en el campo, mostrando diferentes caras en un mismo partido, lo que resulta clave en el estancamiento.
El conjunto blanquivioleta ha llegado a coger carrerilla y a dar los primeros pasos, pero nunca ha despegado. Es lo que le falta para afianzarse de una vez en los puestos de promoción. Porque el ascenso directo es ya un utopía y en Zorrilla son conscientes de que las opciones de ascenso pasan por superar esas dos eliminatorias.
En casa va bien, aunque podría ir mejor. Con la ausencia de los resultados positivos como visitante, el Pucela no termina de arrancar en busca de la regularidad, ya que en Zorrilla ha dejado escapar puntos que hubieran hecho que no se notara esa falta de equilibrio.
Porque de las catorce jornadas disputadas lejos de Valladolid, el equipo de Paco Herrera solo ha ganado en cuatro, ha empatado en dos y ha perdido en ocho. Además, ha encajado más goles (dieciocho) de los que ha marcado (quince), lo que tampoco le ha ayudado. Estos datos le colocan en la novena posición de la clasificación visitante. Curiosamente, Lugo, Tenerife, Getafe, Córdoba y Huesca –el próximo rival– también tienen catorce puntos.
El Levante es el único equipo que ha ganado más partidos (siete) de los que ha perdido (cuatro) en esta apretada Liga 1|2|3. Cada detalle es importante y los del Pucela no son todos positivos. De los veinticuatro goles que ha recibido, solo seis fueron en Zorrilla (es el equipo que menos goles recibe en casa), por lo que el 75℅ restante los ha encajado fuera.
Sin duda, el camino a seguir es el del inicio ante el UCAM Murcia. Si la pelotita entra con facilidad, puede aguantar la segunda parte con la ventaja, ya que, tras ver la bajada de rendimiento tras el descanso en las últimas actuaciones, no puede perdonar, ni regalar nada. Queda mucho curso por delante, pero debe empezar a dar pasos certeros para conseguir el objetivo.
La asignatura pendiente del Promesas

Aunque este ‘mal de la lejanía’ no solo lo padece el primer equipo del Real Valladolid. De hecho, la situación del Promesas como visitante es todavía peor. La derrota en Palencia ha aumentado una mala racha que ya ha alcanzado los tres meses sin sumar fuera.
De los trece partidos que ha disputado lejos de Los Anexos, el equipo dirigido por Rubén Albés solo ha sumado tres victorias y dos empates; es decir, once puntos de 39 posibles –ni un tercio–. Y es que al filial blanquivioleta también le cuesta marcar a domicilio, ya que solo ha visto portería en nueve ocasiones; simplemente hay que observar las cinco últimas derrotas consecutivas, en las que anotó un único tanto.
En cambio, ha encajado veintiún goles, los mismos que ha marcado como local. Se da la casualidad de que el Promesas lleva, en general, los mismos tantos a favor que en contra (30) y los números en casa y fuera se complementan (veintiuno y nueve, en casa, y viceversa fuera).
Además, es el sexto peor visitante, también ocupa ese puesto en los goles encajados fuera y el cuarto que menos marca cuando juega a domicilio. La situación de los dos primeros equipos blanquivioletas cuando actúan lejos deben mejorar si quieren crecer en sus respectivas categorías, sobre todo el conjunto de Paco Herrera, ya que todo lo que haga el de Albés a partir de ahora será para reforzar una gran temporada.