El Real Valladolid todavía puede mejorar los resultados y las sensaciones que ofrece ante su afición. Un buen modelo sería el Promesas, que solo ha perdido en Los Anexos su primer compromiso liguero
Veinticuatro de septiembre. Anoten bien la fecha, porque esa fue la última vez que el Real Valladolid perdió en el José Zorrilla. Lo hizo ante la SD Huesca, su próximo rival fuera, que se llevó los tres puntos del feudo vallisoletano tras imponerse con un uno a dos en el marcador. Por tanto, toda una vuelta en la que los de Paco Herrera no han vuelto a dejar a su afición con el mal sabor de boca que implica una derrota.
Desde la mencionada fecha, el Real Valladolid ha disputado nueve encuentros en el José Zorrilla, con un balance de cinco victorias y cuatro empates que se traducen en diecinueve puntos de veintisiete en juego. Alcorcón, Sevilla Atlético, Mirandés, Reus y Rayo Vallecano se fueron de vacío del municipal vallisoletano; mientras que Real Zaragoza, Almería, Tenerife y Lugo lograron rescatar un punto.
Curiosamente, de esas cuatro ocasiones en las que se firmaron tablas, solo el Lugo fue capaz de ver puerta (1-1). En el cómputo global, los hombres de Paco Herrera han sumado trece tantos a favor y solo han cedido dos en toda la vuelta que acumulan sin conocer la derrota como locales.
Es la solidez defensiva, precisamente, uno de los aspectos más destacados de este Real Valladolid en casa. Los blanquivioletas son el conjunto que menos goles recibe de toda la categoría cuando juegan en su feudo: seis goles de veinticuatro concedidos en toda la temporada, apenas un 25% del total de goles encajados.
En cuanto a nombres propios, José es el hombre que más goles ha anotado en el estadio José Zorrilla durante el presente curso, con un total de cinco. Le siguen Raúl de Tomás, con cuatro; Mata y Juan Villar, con tres; y Lichnovsky y Joan Jordán, con uno.
No obstante, los blanquivioletas aún tienen mucho margen de mejora antes su afición. Cierto es que nueve partidos consecutivos sin perder es un buen dato, pero hay que tener en cuenta que han sido cuatro las ocasiones en las que el Real Valladolid ha firmado tablas con sus rivales. Dejando a un lado los puntos que se han escapado de esta forma, que también es importante, las sensaciones mostradas en el José Zorrilla hacen que los fantasmas no terminen de desaparecer.
Para muestra, un botón. El Lugo fue el último que reavivó los viejos temores de la afición con respecto a la capacidad de los suyos. Si bien es cierto que los de Paco Herrera reaccionaron con celeridad ante el gol de los gallegos –solo hay cinco minutos de diferencia entre el gol de Joselu y el de Raúl de Tomás–, no es menos verdad que los blanquivioletas no fueron capaces de dar el 100% y retener los tres puntos.
Todas estas circunstancias hacen que el Real Valladolid sea el séptimo equipo de la categoría que mejor rendimiento muestra a domicilio, con veinticinco puntos que se reparten en siete victorias, cuatro empates y dos derrotas; mismos números que el Alcorcón, decimosexto clasificado. De tenerse en cuenta solo los partidos como local, la clasificación estaría de la siguiente manera: Levante (35 puntos), Girona (34), Tenerife (30), Real Oviedo (30), Getafe (29), Cádiz (28), Real Valladolid (25), Numancia (25) y Alcorcón (25).
El Promesas, un espejo en el que mirarse
Que el Real Valladolid puede hacer las cosas mejor en su feudo es un hecho constatable con los datos anteriores, aunque la solución está bastante más cerca de lo que a priori puede imaginar. Concretamente, al lado del José Zorrilla. El Promesas, que solamente ha perdido el primer partido de la competición jugando como local, es el ejemplo en el que deben mirarse los hombres de Paco Herrera.
El conjunto gallego del Boiro ha sido el único equipo capaz de vencer al filial blanquivioleta en Los Anexos, en un choque que guarda muchas similitudes con el que enfrentó al primer equipo con la SD Huesca y que sirvió como inicio de la racha de imbatibilidad del Pucela en casa. Ambos perdieron con el mismo resultado, uno a dos, y ambos comenzaron adelantándose en el marcador. Raúl de Tomás marcó entonces para los mayores, mientras que el juvenil Mito para el filial fue el encargado de poner por delante al segundo equipo en aquella segunda jornada.
Nueve victorias y cuatro empates, con veintiún goles a favor y solo nueve en contra, es el bagaje que acumulan los de Rubén Albés, demostrando que no son los quintos clasificados por casualidad. En cuanto a su último partido como locales, también aquí coincide el resultado con el del último partido del Pucela en Zorrilla: los canteranos sumaron un más que meritorio empate a uno ante el Racing de Santander, uno de los rivales más fuertes de su grupo.
Un filial que, si ya de por sí tiene mucho que aportar, vuelve a demostrar una vez más su potencial. En este caso, su solidez a la hora de afrontar los partidos como local no es más que una excusa que ratifica lo que viene siendo un secreto a voces: si el Real Valladolid quiere crecer y alcanzar el objetivo del ascenso, no tiene mejor espejo en el que mirarse que el Promesas.