El conjunto blanquivioleta es el cuarto equipo que más gana, pero, a la vez, el tercero que más pierde. Lleva diez victorias y diez derrotas, por los cuatro empates cosechados en liga
A estas alturas de la temporada, afirmar que el Real Valladolid tiene dos caras parece una obviedad. Aunque siempre compite (nunca ha perdido por más de dos goles ni ha dado imagen de diluirse), no termina de encontrar lo que en ciclismo se vendría a dominar ‘golpe de pedal’. Unos días da signos de equipo contundente, o por lo menos capaz de ocupar las primeras plazas. Otros, parece incapaz, muy a pesar de su siempre buenas intenciones.
La enésima prueba de esta circunstancia fue la derrota cosechada ante un Girona que, sin ser superior, demostró ser mejor. Fue el contraste de lo que sucedió una semana antes, ante el Rayo Vallecano, en un encuentro en el que la remontada obrada terminó por hacer justicia a quien más lo mereció. Claro, que para muchos, no sin parte de razón, lo justo habría sido que el conjunto de Paco Herrera puntuase también en Montilivi…
Es más: como jamás se ha deshecho, y a veces, en cambio, ha mostrado espíritu para intentar revertir adversidades, la creencia generalizada es que debería tener más puntos que los 34 que suma actualmente y que le sitúan en la octava plaza. Pero es que aquellas cinco primeras derrotas pesan, como lo hacen posteriores tropiezos en los que ha convenido decir que la pelotita no ha querido entrar, en lugar de afirmar algo que a estas alturas debiera ser vox pópuli: a los blanquivioletas les cuesta meterla.
Sea como fuere, mal que pese, los números hablan de un Real Valladolid irregular, y para muestra un botón: lleva tantas derrotas como triunfos en estas veinticuatro jornadas transcurridas. Para ser exactos, diez y diez, frente a las cuatro igualadas que le convierten en el equipo que menos empata de toda la Segunda División.
Venía a decir semanas su entrenador, cuando el conjunto vallisoletano afrontaba dos salidas consecutivas, que creía mejor ganar un partido y perder otro que empatar ambos. Y ese cara o cruz es lo que se está viendo: aunque sus pupilos ganan bastante, también pierden demasiado. Así, son el cuarto equipo que más gana, pero, a la vez, el tercero que más pierde.
En el primer apartado se ve solamente superado por los tres primeros, Levante (dieciséis victorias), Girona (trece) y Cádiz (once), mientras que en el segundo solamente están por debajo la AD Alcorcón (once derrotas) y la UD Almería (doce), aunque, empatados con los blanquivioletas, se encuentran tres equipos: el Rayo Vallecano y los dos últimos, Mirandés y Nàstic.
Volviendo a hacer un símil con el ciclismo, no parece este Real Valladolid hecho para vueltas de veintiún días, pero sí para pruebas más explosivas o cortas, como pudiera ser un play-off, una creencia, esta última, que parece compartir Paco Herrera, toda vez que ha llegado a afirmar que, en caso de entrar en promoción, el Pucela será «el mejor equipo». Aunque incluso para esa clasificación es necesario mejorar, como atestigua el hecho de que actualmente el conjunto vallisoletano es octavo.