El cuadro chacinero está viviendo una temporada más complicada de lo esperado después de varios años luchando por la zona noble de la clasificación

Tres temporadas para el recuerdo. El play-off y luchar por estas eliminatorias de ascenso han sido el principal objetivo del cuadro charro en los últimos tiempos. El referente futbolístico de la provincia de Salamanca no dejó durante este tiempo de soñar con recuperar la categoría profesional, más si se tiene en cuenta que a punto estuvo de desaparecer el equipo hace unos años. Los resultados acompañaban y las cosas no podían marchar mejor para un cuadro humilde.
El Guijuelo cumple esta campaña su undécima consecutiva en la Segunda División B. Asentados en la categoría de bronce llevan varios años dando pasos hacia adelante en busca de nuevos objetivos. El hipotético ansiado y la clasificación para la Copa del Rey. Éste último es uno de los principales propósitos que persiguen los cuadros similares al equipo charro con el sueño de recibir en su feudo a un conjunto de Primera División. Sin saberlo, esta temporada los dos anhelos del club se iban a cruzar en direcciones diferentes.
Otra vez sin Rubén de la Barrera
Rubén de la Barrera es, sin duda, el técnico más destacado en la historia del Guijuelo. El que fuera preparador del filial del Real Valladolid retornó la pasada campaña al cuadro charro con la intención de volver a luchar por el play-off de ascenso. A pesar de la buena campaña realizada, la entidad charra tuvo que conformarse con una sexta plaza que le clasificó para la Copa del Rey. Si bien, ese objetivo fue el último que cumplió el entrenador gallego que puso rumbo a la Cultural y Deportiva Leonesa.
Con el fin de mantener las sensaciones mostradas en campañas pasadas y siguiendo la línea dejada por Rubén de la Barrera, Chema Aragón se puso manos a la obra en busca de su sustituto. Mateo García fue el elegido. Tras conseguir el ascenso a Segunda División B con la UD San Sebastián de los Reyes, el técnico madrileño dio el salto al Guijuelo. Un técnico con una idea de juego muy similar a la que viene viviendo el conjunto charro: amante del fútbol de toque y del buen trato del balón.
El club vivió un cambio importante en su plantilla con gran cantidad de salidas. Para ello, el director deportivo del club, Chema Aragón, se vio obligado a buscar nuevos efectivos. Siempre cercano a las críticas, la entidad vio como a cuenta gotas llegaban nuevos jugadores para reforzar a un equipo que disputaría dos competiciones en este tramo inicial de campaña. A pesar de ésta circunstancia, Mateo García se encontró con un plantel reducido, que se vio limitado notablemente con las bajas por lesión de Ayub y Adrià Granell.
Foto: Sergio Sanz
Irregular en liga, destacado en Copa del Rey
El comienzo de temporada no iba a hacer presagiar la campaña que estaba a punto de vivir el Guijuelo. Y es que los primeros encuentros llevaron la tranquilidad a un equipo inmerso en las primeras eliminatorias de la Copa del Rey. Tras superar al CD Boiro y al Sestao River, la entidad decidió apostar todo al Trofeo del K.O. con el sueño de recibir a un equipo que disputa competiciones europeas. También Mateo García, que optó por una táctica de rotaciones que eliminó por completo la regularidad de los suyos.
Los resultados previos al duelo ante el Atlético Cirbonero, que supondría la clasificación para los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, ya indicaban que el Guijuelo no estaba en su mejor momento. Con las miras puestas en la eliminatoria ante el cuadro navarro, el conjunto charro se colocó en zonas bajas de la clasificación, cuando el objetivo era bien distinto. El punto de inflexión fue la goleada infringida ante el colista, un Somozas que pareció recuperar para la causa a los pupilos de Mateo García.
Clasificados para los dieciseisavos de final de la Copa del Rey y sabiendo que el Atlético de Madrid visitaría Salamanca, el Guijuelo terminó por desaparecer. Cinco jornadas sin puntuar hicieron que la entidad salmantina apostará por su destitución y la llegada de Jordi Fabregat. El técnico catalán fue protagonista de la histórica eliminatoria ante el cuadro colchonero, viajando a El Calderón, y de cierta mejora en sus pupilos. Si bien, la historia sería muy diferente.
Una victoria y en descenso
Desde que cogiera el equipo Jordi Fabregat, las sensaciones han mejorado, a priori, no así los números y los resultados. De hecho, el técnico catalán solamente ha podido sumar un triunfo desde que llegara. Tres empates y cinco derrotas que han asentado, de forma peligrosa, al Guijuelo en la zona baja de la clasificación. Preocupante para una plantilla confeccionada para luchar por el play-off de ascenso. Y con esas llegó un mercado invernal que parecía ilusionante, de nuevo con el matiz de probabilidad.
Las lesiones de larga duración de Ayub y Adrià Granell obligaban a Chema Aragón a reforzar la plantilla chacinera para aumentar su número de efectivos. Pero la primera noticia que vivió la entidad fue una salida. Maiki ponía rumbo al Eldense cedido por el Valencia Mestalla y dejaba el centro del campo, donde apenas cuenta con efectivos Jordi Fabregat, en cuadro. En su sustitución llegó Pablo Ortiz tras abandonar un Cartagena que marcha primero en la tabla en el Grupo IV de la Tercera División. El broche de oro llegó con el fichaje de un atacante como Javito con experiencia en Primera División y que vuelve a España tras su paso por Grecia.
La situación del Guijuelo es preocupante, pero cuenta con mimbres suficientes para revertir la situación. La primera oportunidad para hacerlo pasa por los Anexos al Estadio José Zorrilla donde Jordi Fabregat se juega mucho más que tres puntos. Una derrota podría provocar un cese que pondría en alerta a una entidad que hacía tiempo no sufría para salvar la categoría. Quince jornadas para evitar una caída a Tercera División que no se vive en la localidad jamonera desde 2005.