El Real Valladolid B terminó sufriendo ante un rival inferior en calidad, aunque con mucho ímpetu

El Real Valladolid Promesas se mantiene imbatido en el nuevo césped de Los Anexos después de imponerse por un gol a cero a la Arandina. El conjunto burgalés dificultó mucho las cosas al filial a pesar de su mala situación actual. Y es que si bien se vio que es técnicamente inferior, su ímpetu estuvo cerca de permitirle puntuar.
Ya en la primera mitad, el conjunto ribereño planteó un fútbol aguerrido, muy directo, que provocó un juego deslucido. Sus necesidades se vieron en la intensidad y pelea con la que intentaron –y consiguieron– neutralizar el juego de los blanquivioletas. Por más que Anuar y Rai lo intentaron, no acabaron de hilvanar y lanzar con demasiado acierto a sus compañeros de ataque, intermitentes.
La amenaza burgalesa fue casi una constante ante la cual Dani Hernández se tuvo que emplear a fondo. Así, el portero palentino hizo dos buenas paradas cumplido el primer cuarto de hora, primero en un disparo de Leo Ramírez y, acto seguido, en el rechazo de Edgar. Fueron buenos esos minutos de los visitantes, de alta producción ofensiva, ya que Carlos también probó suerte, aunque de nuevo Dani repelió.
Frente a la ambición arandina, el Real Valladolid B intentaba tocar el balón, pero se encontraba con ciertos problemas para sacarlo como acostumbra y, sobre todo, para hacerlo llegar arriba. No obstante, el filial fue el único que intentó cuidar el cuero: su rival apostaba siempre por envíos directos, salvo cuando entraba juego entre líneas su jugador más técnico, Carlos.
Superada la media hora, Edu Paya cometió una falta lateral y Santi Samanes, ‘El Francotirador’, se dispuso a lanzarla. Que estuviera ligeramente esquinada no le importó: la mandó a la red, para sorpresa de Nacho Zabal, y para hacer el uno a cero. Entonces su equipo se desasió de la pelea del rival, se vino arriba y generó varias ocasiones más –la más clara de Dani Vega–, que pudieron ampliar la renta antes del entretiempo.
El gol dio alas a los de Rubén Albés, pero el descanso se las cortó. Con el inicio del segundo periodo la Arandina volvió a creer y a dificultar las cosas, y más con el correr del reloj. Conforme fue pasando el tiempo, y aunque el Promesas se desplegó varias veces en ataque como suele, veloz y con muchos frentes, los de Emilio Ferreras vieron que podían sacar algo positivo de su visita a Valladolid y no cejaron en el intento.
Rubén Arroyo pegó un zapatazo desde fuera que atajó Dani Hernández y que trajo cierta inquietud, ya que espoleó más si cabe a los suyos, mientras que los locales no eran capaces de cerrar el partido. Sin embargo, ese querer se vio perjudicado por la expulsión de Sergio Noche a falta de quince minutos para el final, con dos amarillas prácticamente consecutivas.
Al final sucedió algo que no convenía al Promesas, y es que el envite se rompiera. Y no convenía porque era quien tenía en ese momento el triunfo en el zurrón, y aunque dispusiera de algún acercamiento para sentenciar, los burgaleses dieron el do de pecho para intentar empatar. Eso sí, con más ganas que acierto con la puerta blanquivioleta, no ya porque no hiciera gol, sino porque las aproximaciones no se tradujeron en oportunidades concretas (claro que esas ya las habían tenido).
Dice el dicho que la intención es lo que cuenta, pero después de cosechar la séptima derrota consecutiva esta no es suficiente para una Arandina que es inferior al Real Valladolid B, como se vio en cuanto a fútbol las veces que este pudo combinar –principalmente con el rival abierto durante la segunda mitad–. No obstante, no fue óbice para que atascara y complicara las cosas al filial, que terminó por llevarse los tres puntos en un partido sin brillo.
Gracias a estos tres, alcanza las 38 unidades y se mantiene en la quinta posición, desde la que ve desde muy lejos a los burgaleses, que siguen hundidos en la tabla con 21 puntos menos. De cara a las semanas venideras, Rubén Albés tendrá de nuevo a Renzo, que volvió, a Mayoral y Samanes ya con más minutos y a Higinio, que todavía no ha vuelto a jugar, pero ya está a su disposición. Por contra, no podrá contar con Royo, lesionado y que cumplirá ciclo la próxima semana ante el Caudal de Mieres.
Real Valladolid Promesas: Dani Hernández, Arroyo, Mario, Calero, Manel Royo (Corral, min. 84); Rai, Anuar (Renzo Zambrano, min. 68); Mayoral, Dani Vega, Samanes e Iván Martín (Miguel Marí, min. 53).
Arandina CF: Nacho Zabal, Edu Paya, Charlie, Sergio Noche, Ruba (Jefte min. 73), Rubén Garcés, Leo Ramírez, Saúl (Omar, min. 73), Rubén Arroyo, Carlos y Edgar.
Goles: 1-0, min. 32: Samanes, de libre directo.
Árbitro: Muñiz Ruiz (C.T. Gallego), auxiliado en las bandas por Fariña Biasi y Gómez Lameiro. Expulsó con doble amarilla al ribereño Sergio Noche en el minuto 75. Además, amonestó al local Royo y a los visitantes Edu Paya y Edgar.
Categoría: Vigesimosegunda jornada del grupo I de la Segunda División B. Encuentro disputado en Los Anexos al Estadio José Zorrilla ante unos 500 espectadores.