Paco Herrera parece haber encontrado a los cuatro defensas idóneos para proteger a un Isaac Becerra que se coloca como el tercer portero menos goleado de Segunda

Si cualquier aficionado al Real Valladolid mira el resultado de los partidos que su equipo ha jugado en 2017 puede evocarle a tiempos pasados, que según el dicho, siempre fueron mejores.
Esos choques ganados por la mínima pero que, al fin y al cabo, son tres puntos más y dos puestos por encima en la clasificación. Esos marcadores que un día llevaron a los blanquivioletas a Primera División y por qué no, podría volver a repetirse.
Todos los conjuntos, pero sobre todo en la categoría de plata, intentan encajar los menos goles posibles. Ahí está la clave del éxito. De ahí partirá todo lo demás. Y parece que este Real Valladolid lo ha conseguido en esta primera parte del campeonato.
Hasta el minuto ochenta del envite en el Ramón de Carranza, Isaac Becerra era dueño y señor de la portería blanquivioleta, 1.880 minutos sobre el césped así lo acreditan.
El catalán llegó a la capital castellano y leonesa a quitarse la espinita que le dejó su paso por Girona. Quiere conseguir un ascenso de una vez por todas y quiere ser, de nuevo, Zamora de la categoría. Empezó con muy buen pie, con una gran actuación contra el Real Oviedo en el primer partido de liga. Pero poco a poco, la confianza mermó y los nervios comenzaron a aparecer.
Tanto que parte de la afición pedía un relevo en la portería, algo que finalmente ha llegado por causa de fuerza mayor. Pau Torres debutó en Cádiz por la lesión de su compañero y jugará ante los carbayones –justo una vuelta después de uno de los mejores partidos de Becerra– su primer partido liguero completo con la blanquivioleta. Será en la previa de la jornada vigesimotercera cuando el debate sobre quién defienda el marco pucelano esté más candente que nunca.
Un pasito por delante se encuentra la defensa. Una línea que ha sufrido varias modificaciones, la mayoría por lesiones. El regreso de Rafa fue la guinda al pastel de la campaña de abonados, que instaba a volver a los orígenes, más aún cuando se presentaron las camisetas con el violeta original del Real Valladolid. El fichaje de Lichnovsky hacía que la pareja de centrales estuviera más que clara y que serían Guitián y Álex Pérez los que tendrían que esperar para jugar.
Y así fue. Rafa y Lichnovsky comenzaron como titulares, pero la lesión del vallisoletano obligó a Paco Herrera a hacer la primera modificación. Luego, el chileno se fue convocado con su selección y el míster tuvo que echar mano del banquillo. Tanto Guitián como Álex Pérez cumplieron cuando tuvieron la oportunidad y se quedaron, demostrando que con ganas y esfuerzo, todo es posible. Además, casualidad o no, con ellos como zagueros, Isaac Becerra no ha encajado gol en cinco partidos.
Moyano y Balbi, dueños y señores de los laterales

Si la pareja cántabro-madrileña funciona y de qué manera, los laterales no son menos. Si hay dos jugadores que tienen el puesto más que garantizado esos son Javi Moyano y Lucho Balbi. Del primero sorprende el gran nivel que ha demostrado desde pretemporada, después de ser uno de los pocos que quedó tras la nefasta campaña pasada.
El jienense buscó y encontró y la resiliencia ha sido la palabra que mejor define su actuación esta 2016/17. Es el único jugador de campo que ha disputado los 1.890 de toda la Liga 1|2|3 y ello le ha llevado a renovar automáticamente por un año más.
El lateral zurdo también tiene dueño. Balbi llegó a Valladolid para cubrir un puesto que la temporada anterior dejó mucho que desear y está cumpliendo con creces. El único encuentro que se ha perdido fue el primero, por cumplir una sanción que arrastraba de su club anterior y desde entonces está imparable, tanto que es el tercer futbolista más utilizado por Paco Herrera.
Ha sido el mejor cuando el equipo no ha estado tan bien y ha mostrado la regularidad de la que han carecido otros compañeros, por eso lidera la clasificación del III Trofeo Blanquivioletas al mejor jugador.
Que la parte defensiva de las bandas esté tan bien cubierta hace que dos jugadores hayan tenido muy pocas oportunidades. Markel y Ángel esperan pacientemente su turno, aunque saben que será difícil. Entre los dos apenas han jugado trescientos minutos en Liga, sin embargo, han dejado más que claro en Copa del Rey que son dos futbolistas válidos, pero lo más importante, de futuro.