El presidente del Real Valladolid lamentó el pobre estado de la grada de Zorrilla, agradeció a los asistentes su presencia y se disculpó «en lo que haya podido influir» con los ausentes
Carlos Suárez, presidente del Real Valladolid, respiró aliviado al término del encuentro contra el Reus Deportiu. El mandatario, en declaraciones recogidas hoy sábado por El Norte de Castilla, definió la victoria como «muy importante», aunque «excesivamente sufrida», ya que en su opinión, debido a las ocasiones generadas, «el resultado tenía que haber sido mucho más amplio».
No obstante, como podía ser de otra manera, dio por bueno el triunfo y destacó lo bueno de «empezar el año ganando», máxime cuando «a falta de otros resultados, el equipo está ahí«. A la espera de ver si el conjunto de Paco Herrera engancha «una rachita», a su modo de ver, llegó «el momento de estar todos unidos: los que juegan y los que no» y a quienes definió como «nuestra gente».
Para el máximo accionista de la entidad, los 4.571 asistentes «se merecen el cielo». Aunque no fueron muchos, Suárez tuvo buenas palabras hacia la afición.
«Estoy súper agradecido, porque lo que ha pasado ha sido muy triste. Me ha dado mucha pena nuestra grada de animación, que se ha notado. Yo lo entiendo, pero pasarle factura al club es una faena, porque nosotros también hemos sufrido este horario. A los que han venido les doy las gracias, y a los que no les pido disculpas en lo que haya podido influir. Espero que el próximo partido estén a tope; todos juntos estaremos arriba», dijo con convicción el presidente.
Aunque sea necesario para hacer frente a los pagos y él se muestra «partidario del actual sistema de televisión», Carlos Suárez cree que «tenemos el fútbol un poco mercantilizado de más», hecho que se notó en negativo durante el envite. «Cuando hay tan poca afición hasta las quejas se oyen mucho. En los primeros veinte minutos el equipo no ha estado bien, pero luego ha tenido muchas ocasiones; la gente ha tirado y el equipo lo ha notado, porque ha pegado un cambio espectacular», ponderó.
El dirigente se reconoció amigo de «abrir paquetitos» y explicó que recibió procedentes desde Oriente un pantalón, una corbata, una bufanda y tres puntos que, con el permiso de su familia suponen «el mejor regalo», debido a la importancia de «empezar el año ganando y cambiando el regusto malo que dejó el año pasado».
Con todo, no quiso enredar, hay que pensar ya «en el próximo partido» y en «acabar la primera vuelta bien». «A partir de ahí toca empezar con buen pie, a ver si nos salen las cosas de una vez, conseguimos estar ahí [arriba] y podemos devolver a la gente lo que nos está dando», concluyó Suárez.