La UD Somozas resistió estoicamente en un encuentro pobre en cuanto a fútbol pero con ambición por parte de un Real Valladolid B que sufrió las lesiones de Anuar y Mayoral

Real Valladolid Promesas y Somozas empataron en Los Anexos al Estadio José Zorrilla en un choque feo, de muchas disputas y sin demasiado fútbol en el que el filial blanquivioleta mereció llevarse tres puntos para cerrar una primera vuelta inmejorable.
El encuentro venía ya condicionado por las bajas de los dos conjuntos, si bien contó con alguna más durante su transcurso, que trastocó a los locales y favoreció a los visitantes, como reconocería después su propio técnico. La lesión de Anuar durante los primeros minutos obligó al Promesas a alterar ciertos automatismos en su salida de balón que, junto a la disposición del Somozas, provocó que la primera mitad se jugara en pocos metros, de forma atropellada y sin mucha claridad.
Las dos líneas de cuatro del cuadro de Stili dificultaron las cosas a un filial que, aun así, dominó el esférico sin mucha discusión (aunque sí con oposición). Lo hizo, eso sí, sin claridad a la hora de intentar conectar con sus hombres de ataque, a veces demasiado desconectados, a excepción de un Mayoral que le salgan las cosas o no siempre inquieta a la zaga rival.
Justo después de la salida del campo de Anuar, que se marchó con molestias en los isquios, la tuvo el Somozas, por mediación de Íñigo, que cruzó en demasía ante la puerta de Dani. La respuesta, varios minutos después, llegaría a través del propio Mayoral, que se encontró en cuero en el área y remató sin éxito ante un Mandaluniz que acabaría más amenazado que puesto en apuros.
Aunque con un juego poco o nada vistoso, los ferrolterras dispusieron de algún acercamiento más a la portería de Dani Hernández. Así, en otra llegada Iván Pérez trató de sorprender al guardameta palentino, sin éxito, mientras que Corral, que volvió a actuar en el lateral derecho, a pie cambiado, desbarató una intentona más de manera magistral.
Visto así, cualquiera diría que sucedieron muchas cosas antes de que se llegara al ecuador de la primera mitad. Pero en realidad no fueron tantas. Fueron más bien acciones aisladas dentro de un partido feo, disputado en un espacio reducido de Los Anexos, sobre una superficie que vivió su último encuentro del filial blanquivioleta. La batalla no estaba tanto en quién tenía el balón como en quién iba a ser capaz de hacer bueno su plan, el de ser el poseedor y buscar correr al inexistente espacio de los locales y, por parte de los visitantes, impedir que eso sucediera y, ya de paso, a poder ser, cazar un contragolpe.
La tosquedad la rompió Samanes con un disparo magistral de falta desde la frontal que contó con la connivencia de Mandaluniz. El cancerbero se confió creyendo que el perfil zurdo del atacante le haría disparar al palo contrario al suyo, por el cual entró inapelable un disparo precedido de una infracción un tanto absurda.
También de una acción a pelota parada provendría el empate, obra de Íñigo, que remató en el corazón del área un servicio de Baleato propiciado por una segunda jugada. Fue un visto y no visto; llegó cuatro minutos después de que se adelantara el filial, a la media hora. Y, de alguna manera, fue un engaño: la UD Somozas aguantaba bien, y así lo hizo hasta el descanso, pero estaba-estuvo a merced del enemigo, que antes de que el colegiado señalara el camino a vestuarios volvió a buscar adelantarse con sendos intentos de Mayoral y con uno de Dani Vega, que tiró al muñeco.
Con el transcurso de los minutos, lo que antes era dominio pasó a ser un monólogo sin reacción gallega. En una rápida jugada, nada más sacar de centro, el filial avisó de sus intenciones. No obstante, a la postre sería como la madre que amenaza con la zapatilla pero acaba mostrando benevolencia con su pequeño. Aunque en buena medida esto se debió a la lesión de Mayoral, que fue sustituido por Sinisterra por mor de unas molestias musculares.
‘El Rayo’ estuvo muy activo, dentro de sus posibilidades, que no fueron demasiadas debido a lo cerrado que estaba el Somozas, que cada vez fue metiendo más el culo en su área. Iván Martín como Mayoral o Vega antes, disparó a las manos del meta somocense en la que quizá fue su intervención menos desacertada de los noventa minutos. Llegada la media hora del segundo periodo, Dani Vega lo volvía a intentar con un disparo alto, en una buena internada que terminó en nada.
El reloj no parecía ser aliado del cuadro de Stili, que vivía con nervios la evolución de los suyos desde la grada debido a la sanción que arrastraba. A falta de que fuera amigo el tiempo, el esta vez conjunto encarnado trató de consumirlo con continuas interrupciones y ralentizando la puesta en juego del cuero. El ritmo, así, fue incluso menor que hasta entonces, dejando solo por debajo de lo perpetrado la velocidad del fútbol sudamericano y lo estático de los jugadores de futbolín.
El deterioro físico de los visitantes y el ansia local de llevarse los tres puntos hacía que estos merecieran cada vez más el gol de la victoria, al tiempo que los continuos parones provocados por el otro fútbol de los gallegos les quitaban puntos (que no el punto, a la postre valioso botín). Tal fue el hartazgo del Promesas que, con un rival en el suelo, no echó el balón fuera, lo que provocó una reacción agresiva de Baleato sobre Rai. Su entrada le llevó a irse a la ducha con todas las de la ley: siendo entendible su enfado, su reacción fue inexplicable y la expulsión justa.
Contra diez durante los nueve últimos minutos y acumulando cada vez más y más aproximaciones peligrosas (no tanto con marchamo de gol), parecía que todo se le ponía de cara al Real Valladolid B. Todo menos el acierto, ya que el tanto del triunfo nunca llegó, por más que se volcó sobre la puerta de Mandaluniz. Incluso en esos minutos finales vio cómo el Somozas salía de la cueva alguna vez, aunque sin llevar demasiada inquietud a la meta de Dani Hernández.
Con todo, celebraron el punto los de Stili como lo que fue, algo exagerado, ya que si bien lucharon hasta el último aliento, su imagen fue no solo defensiva, sino de equipo muy pobre y que sufrirá mucho para salvar la categoría. Las bajas, aunque sean atenuante, no deberían ser un pretexto, aunque, bien visto, por esta misma argumentación puede que haya quien diga, no sin parte de razón, que tampoco lo son para el Real Valladolid B. Aunque el filial al menos quiso ganar…
Sin Calero, Anuar, Renzo, Mayoral e Higinio no pudo hacerlo y echó el cierre a la primera vuelta con 32 puntos, sumando un total de 63 en este 2016 que termina de una manera inmejorable. en lo deportivo y en algo que lo es menos: este mismo lunes empiezan las obras para cambiar el deteriorado césped sintético y poner el campo en el que juega a la altura de la categoría.
Real Valladolid Promesas: Dani Hernández; Corral, Arroyo, Mario Robles, Royo; Mayoral (Sinisterra, min. 51), Anuar (Dani Vega, min. 10), Rai, Samanes; Miguel Marí e Iván Martín.
UD Somozas: Mandaluniz; Sergio (Fran Núñez, min. 84), Pablo, Fran No, Adrián; Baleato, Javi Rami; Amaro, Iván Pérez (Keko, min. 73), Íñigo (Pancho, min. 67); y Arkaitz.
Goles: 1-0, min. 25: Samanes. 1-1, min. 28: Íñigo.
Árbitro: Fernández Buergo (C.T. Asturiano), auxiliado en las bandas por Suero Rodríguez y Ladreda Mochales. Expulsó con roja directa (minuto 85) al jugador del Somozas Baleato. Amonestó a los visitantes Fran No, Arkaitz, Sergio, Adrián y Pablo.
Incidencias: Decimonovena jornada del grupo I de la Segunda División B. Encuentro disputado en los Anexos al Estadio José Zorrilla ante unos 500 espectadores.