Llegado el ecuador de la competición, el Real Valladolid de División de Honor se encuentra lejos de lo que se espera de él

Ocho puntos. Esa es la desventaja que distancia al Real Valladolid de la tercera posición en la División de Honor, objetivo que se autoimpuso –y así lo confirmó Paco de la Fuente a este portal– cuando comenzó la presente temporada. Quince fechas después, veintidós son los puntos logrados, una cosecha impropia de quien dice querer optar a entrar en la Copa del Rey, para la que se clasifican los dos primeros de cada uno de los grupos y los dos mejores terceros.
Aunque a priori esa diferencia con respecto al Getafe CF sea salvable, lo cierto es que el Real Valladolid no parece tener ya muchas opciones de clasificarse para la competición de post-temporada. Sin embargo, aunque es séptimo, aún puede dar caza a los equipos que le preceden en la tabla de un nivel por lo menos semejante, sino inferior (casos del Fútbol Peña, sexto, o del sorprendente Unión Adarve, cuarto). Pero para ello necesita mejorar en varias asignaturas que tiene pendientes.
De más a menos
El fútbol, es sabido, no tiene mucha memoria. Todo equipo se somete a una evalución continua, en la que no vale de mucho lo realizados dos semanas atrás; a veces ni siquiera la anterior. Es por ello que siempre, y sobre todo conforme han pasado las jornadas, al ‘Divi’ se le ha visto con lupa. Porque su fútbol era atractivo, y también porque a cada victoria en casa le sucedía un tropiezo fuera que lo llegaba a deslucir.
El culmen fue el triunfo ante el Real Madrid, al que marcó cuatro goles en una primera mitad como pocas se recuerdan en Los Anexos y en la que solo la falta de acierto de cara a puerta evitó un resultado aún más escandaloso (algo que habría sido justo). Asimismo, cuajó una genial actuación ante el Atlético de Madrid, en la que mereció ganar, si bien se tuvo que conformar con el empate.
Sucede que, fuera, no ha habido un punto de inflexión como pudo ser el subidón de moral de aquellos tres puntos o, más tarde, el buen partido contra los colchoneros. Cuando lo normal era que el juvenil blanquivioleta fuera progresando adecuadamente, esto no se produjo e incluso ha perdido el invicto en casa recientemente. Y eso se debe a que se ha prolongado la falta de tino con la portería rival, pero también a un bajón en cuanto a fútbol que tuvo como culmen esa derrota ante el Rayo Majadahonda.
Bajas varias
Recientemente, la coordinación de la cantera ha dejado salir a Pablo de la Iglesia en dirección al Parquesol y a Fabio a la UD Sur; inédito y casi oculto detrás del buen momento de Apa (culminado con una convocatoria con la selección sub 17) el primero y poco adaptado al contexto competitivo el segundo. Sin ellos, la plantilla se queda en diecisiete futbolistas, pocos, y menos si se tiene en cuenta que tampoco en el filial sobran jugadores y la reciente grave lesión de Bruno (tiene rotos tanto el ligamento cruzado como el lateral externo).
Sin contar con estas bajas, de un carácter más bien reciente, Paco de la Fuente sí ha tenido que lamentar otras que ya han pesado, a saber: las circunstanciales de Mito, Sinisterra o Juan, ya fuera por subir al filial o, como ha sido el caso más veces, por estar ‘tocados’. Y es que sin ellos, por más que Miguel haya rendido a un nivel alto, el División de Honor ha carecido de estos ‘factores diferenciales’ que le convierten en un aspirante a terminar más arriba de lo que está.
Por destacar algo positivo: esto ha permitido que entren a menudo jugadores del Juvenil B, como Pablito, Adrián Herrera o, debido a las bajas en la defensa, el central Tena. Con todo, y pese a que Pablo ha adoptado un nuevo rol como zaguero, De la Fuente, contando a Tena y a Pablo, solo tiene a cinco defensas: ellos dos, Apa, Nieto y Prados.
Teniendo en cuenta que la temporada pasada el División de Honor fue reforzado en el mercado de invierno con las incorporaciones de Miguel Marí y David González, así como el hecho de que también el Promesas cuenta con pocos efectivos (dieciocho, tras la salida de Mario Gómez), no parece descabellado pensar que bien el filial o bien el DH se refuercen próximamente… siempre que la economía lo permita, algo que no está del todo claro.
Con todo, y especialmente si esto no sucede, las bajas deberían permitir no solo que participen más los citados jugadores u otros del equipo de Liga Nacional, sino también que jueguen más jugadores como Abel, Rivera o Silos –casi inédito–. Estarían así obligados a dar un paso adelante dentro de un rendimiento no demasiado elevado que, en todo caso, no solo ellos vienen acusando.
La primera vuelta en cifras
Unas causa del pobre rendimiento y otras consecuencia del mismo, lo cierto es que estas cuestiones antes citadas han llevado a que el Real Valladolid sea a día de hoy séptimo, una posición a la que ha caído después de cosechar solamente dos puntos de los últimos quince disputados.
No obstante, en casa ha sido el tercer mejor equipo, tras Real Madrid y Atlético de Madrid, que no han perdido jamás como locales. Si no se tiene en cuenta el tropiezo frente al Rayo Majadahonda, el bajón, como se ha comentado, viene fuera: los seis pobres puntos cosechados cuando ejercen como visitantes (solo una victoria, ante la AD Alcorcón) dejan a los blanquivioletas como el quinto peor conjunto como foráneo.
Asimismo, tampoco acompañan los números goleadores, puesto que el ‘Divi’ es el séptimo conjunto que más goles ha marcado (veintitrés), algo insuficiente y que define el problema antes citado. En defensa, no obstante, está mejor: ha recibido diecisiete goles y su portería es la cuarta menos perforada de todo el grupo.
Si bien es justo decir que los blanquivioletas a veces han merecido más, no menos lo es afirmar que sus números han de mejorar –por lo menos el de tantos marcados–, tal y como lo han de hacer las sensaciones recientes, si la aspiración clasificatoria sigue siendo la misma que cuando se dio el pistoletazo de salida a la liga: ser terceros, algo que, dicho sea de paso, no se logra desde hace varios años. Lo cual, en todo caso, no obsta para que la exigencia sea alta: este Real Valladolid cuenta con mimbres para por lo menos intentarlo.