El CD Parquesol se impuso por un gol a tres a un San Pío que fue capaz de bloquear a las naranjas hasta el cero a uno

Foto: Sergio Sanz
El CD Parquesol se llevó el primer derbi de la historia en la Segunda División Femenina entre conjuntos vallisoletanos tras imponerse por un gol a tres a un CD San Pío X que sorprendió de inicio y fue capaz de bloquear a las naranjas hasta el cero a uno.
Ganó el mejor, pero lo hizo con alguna que otra apretura –que no sufriendo–, ya que las rojiblancas fueron capaces de acortar distancias en el tramo final, dando cierta esperanza a su afición, que llegó a creer en un empate que jamás se atisbó siquiera.
Como buen derbi, el choque fue competido, por lo menos durante dos terceras partes. Martín Olmedo apostó por cambiar el dibujo por un 4-2-3-1 que sorprendió a propios y extraños. Y nunca mejor dicho esta expresión, porque aunque sirvió para aquello que el técnico había planteado, hubo algún que otro error de interpretación que no fue capaz de aprovechar el Parquesol.
El doble pivote formado por Noe –central natural– y Cris Franco compactó a un equipo a menudo partido, si bien las ayudas constantes de Sandra Luengo, mediapunta pero muchas veces en paralelo con Noe, esbozaron una suerte de 4-1-4-1 que, teniendo en cuenta la posición en muchas ocasiones centrada de Raquel superpoblaba el centro del campo.
A cambio, las rojiblancas concedían por fuera, pero las parquesolinas no fueron capaces de aprovecharlo en demasía. Así, aunque llevaron el balón a los costados, no hicieron buena la excesiva altura de Moni en el repliegue y ese movimiento hacia adentro de Raquel, o no tanto como para amenazar en el uno contra uno o atacar en superioridad a las laterales locales.
Dueñas incontestables del balón y con una libertad relativa para manejar el balón hasta casi tres cuartos de campo, las naranjas de perdían en esa maraña interior que obligó a Paulita a acercarse a la base de la jugada y que atascó más a Nata que a Barbi (aunque a ambas). Con todo, no se puede hablar de ocasiones en el primer tiempo más allá de algún tiro aislado, como uno de Ali por bajo o uno de Nata desde fuera del área.
El Parquesol se hace valer
Hasta el descanso el juego, como las líneas anteriores, solo se puede calificar de denso. Después cambiaría por varias razones, como que la disciplina posicional del San Pío bajó, como bajaron sus brazos a partir del cero a uno. Llegó en el minuto 56, después de un grave error de Peke en un intento de despeje que aprovechó Ali.
El tanto alteró el ánimo de los dos equipos. El local se desanimó y el visitante, premiado por su paciencia e insistencia, creció. Si hasta entonces habían sido dominadoras, en adelante lo fueron más si cabe gracias a que Barbi pareció encontrarse más cómoda. Tocar en campo propio o en los primeros metros del enemigo dejó de ser tedioso, pero es que además, inteligente, el Parquesol no se conformó.
Aunque sus atacantes seguían sin aparecer demasiado –sobre todo sus extremos–, el conjunto parquesolino dio un paso adelante en busca del cero a dos, que llegaría superada la media hora del segundo tiempo por medio de Nuria, que soltó un zurdazo desde fuera del área que sorprendió y resultó imparable para Lucía. Entonces ya sí pudo decirse que el Parquesol, siempre dueño del balón y creciente del espacio, hacía valer su manifiesta superioridad.
Cuando más de uno podía esperar que el San Pío se deshilachara y encajara algún tanto más, Lucía evitó el tercero sacándose de encima el remate de Paulita Román. Y, como quedaban apenas unos minutos, casi nadie podía esperar una reacción rojiblanca. Sin embargo, Moni volvió a meter a su equipo en el partido con un golazo de vaselina a falta de tres minutos para el final.
La rabia acumulada por la toresana durante todo el tiempo previo salió con un beso, al escudo. Uno que de algún modo las de Martín Olmedo querían tratar de defender en un último arreón que fue de pega.
A veces el corazón lo puede todo, pero no sucedió esta vez, y los balones llevados hacia adelante a la desesperada no tuvieron orientación ni mayor repercusión. A tantas pulsaciones, Nerea Fidalgo, aunque lo intentó, fue incapaz de darle sentido.
Cuando uno se guía por impulsos, sin pensar, puede sucederle que alguien muestre mayor raciocinio y se imponga. Eso pasó en la última jugada, en la que llegaría el uno a tres, obra de Nata, que supo interpretar el caos en el que se había convertido el Parquesol con una arrancada por dentro hasta festejar la sentencia y el sello a tres puntos merecidos.
Aunque el San Pío le obligó a trabajar hasta el final, el equipo naranja impuso su ley, la del más fuerte. Serio y sobrio, paciente y certero, se llevó el primer derbi vallisoletano de la historia en la categoría y se confirma, más si cabe, como cuarto en la tabla, un puesto en el que pase lo que pase el jueves ante el Pozuelo en casa acabará la primera vuelta, merced a sus veintidós puntos.
Mientras, a las rojiblancas sigue sin bastarles y, pese a la entrega que mostraron en la primera mitad, deberá mejorar si no quiere que los dos duelos de este curso ante su vecino se queden en nada más que eso. Salvo milagro en forma de triunfo ante el Madrid CFF, acabarán la primera mitad del curso últimas. El próximo fin de semana, tras esa ‘visita al dentista’, volverán a la capital para jugar ante el Torrelodones en su primer turno en la ruleta rusa; en su primer partido a vida o muerte.
CD San Pío X: Lucía; Laura, Lore, Peke, Nere (Sara, min. 46); Cris Franco, Noe (Nerea Fidalgo, min. 57); Moni, Sandra Luengo, Raquel; y Paula.
CD Parquesol: María Notario; Crispi, Pau, Rivas, Cris (Tania, min. 77); Nata, Barbi (Mar, min. 87); Judy (Nuria, min. 68), Paulita Román, Sandra; y Ali (Kela, min. 87).
Goles: 0-1, min. 56: Ali. 0-2, min. 77: Nuria. 1-2 min. 87: Moni. 1-3, min. 94: Nata.
Árbitro: Jorge de la Fuente Ramos, asistido en las bandas por David Martín Cabezudo y Álvaro Fresnillo Bueno. Amonestó a la local Cris Franco y a las visitantes Pau y Sandra.