El filial del Real Valladolid superó todos los inconvenientes del encuentro para derrotar a la Ponferradina por dos goles a cero

Foto: Víctor Álvarez
Los chicos de Rubén Albés se empeñan en demostrar semana tras semana que están hechos de otra pasta, hasta tal punto que cerraron su partido en posiciones de pla-yoff. Cualquier inconveniente se vuelve una motivación extra para poder conseguir sumar más victorias y ya llevan veintidós de los últimos veinticuatro puntos.
Lo importante es que los futbolistas responden ante las exigencias del guion. Ante la baja de Mario Robles, indiscutible en el centro de la zaga junto a Calero, el técnico decidió dar entrada a Corral, que había tenido continuidad en el mes pasado. Había opciones de introducir o bien a Mario Gómez, o bien a Rubén, centrales naturales, pero el técnico sorprendió con la inclusión del vallisoletano en el lateral diestro. El habitual en esa posición, Arroyo, fue quién ejerció en el centro de la zaga.
Y vaya cómo lo hizo. Junto a Calero formaron un búnker en defensa que no concedió ocasiones al conjunto berciano. Tan solo un remate de cabeza de Figueroa tras centro de Pastrana por banda izquierda inquietó al guardameta Dani Hernández. El resto, coser y cantar para un equipo que bordó la perfección en aspectos técnico-tácticos en defensa.
En el medio del campo, no hay problema. Rai y Anuar siempre rinden a la altura. O por lo menos se dejan todo en el campo. El primero, con orden y criterio con el balón; el segundo, con trabajo y más trabajo a pesar del desgaste del partido de Copa del Rey. Finalmente, el ceutí tuvo que ser sustituido por algo que es inusual: estaba exhausto de tanto trabajo. Bien es cierto que, tras jugar la última media hora con diez, la tarea se multiplicó.
En el frente de ataque hubo más complicaciones que otros días. Y no fue porque la dupla Higinio – Iván Martín no funcionase, sino porque les impidieron actuar. Al primero, Chavero le dejó noqueado con una dura entrada que obligó al pichichi a retirarse por unas dolencias en su rodilla, mientras que el segundo fue amonestado en dos ocasiones muy rigurosas.
En definitiva, ante otra adversidad surge una nueva figura. En este caso, Mayoral. El abulense tiró del carro para demostrar la potencia que tiene y sobre todo, que genera goles. Diez minutos después de la reanudación, condujo el balón por la derecha sin que nadie le pudiera frenar y sacó un latigazo cruzado al que no llegó Dinu. Un primer tanto, que Mayoral dedicó a su compañero Mario Gómez, con el que las cosas se ponían muy de cara.
Pero este equipo también sortea las cruces. La expulsión de Iván Martín, a falta de más de media hora para finalizar el partido, parecía simbolizar un final de encuentro de sufrimiento por parte de los blanquivioletas. No fue así. Mayoral se encargó de echar un jarro de agua fría en forma de asistencia para Samanes, que se anticipó muy bien, y así dejar una renta de dos goles que no se movería, a pesar de jugar con diez.
El Promesas cerró su partido sin encajar y en puestos de play-off. Porque el trabajo tanto de técnicos se está viendo recompensado hasta tal punto que podrían permanecer la jornada en cuarta posición a expensas del Pontevedra – Boiro. Tal es la dinámica positiva del equipo que el próximo domingo, a las cinco de la tarde, pueden intentar dar la machada ante el mejor equipo de la categoría, la Cultural Leonesa.
Real Valladolid Promesas: Dani Hernández, Corral, Arroyo, Calero, Royo, Rai, Anuar (Miguel Marí, min. 83), Mayoral, Higinio (Dani Vega, min. 49), Samanes e Iván Martín.
SD Ponferradina: Dinu, Nacho López (Caiado, min. 73), Raúl Fuster, Xisco, Miguel Núñez, Cidoncha (Andy, min. 60), Menudo, Chavero, Juanto (Rayco, min. 65), Héctor Figueroa y Víctor Pastrana.
Árbitro: García Martín. Expulsó a Iván Martín por parte de los locales y al técnico visitante, Pedro Munitis. Además, amonestó al vallisoletano Mayoral y a los bercianos Raúl Fuster, Xisco, Cindoncha, Chavero y Héctor Figueroa.
Goles: 1-0, min. 54: Mayoral. 2-0, min. 68: Samanes.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimoséptima jornada del Grupo I de Segunda B disputado en Los Anexos ante 500 espectadores. Antes de comenzar el encuentro se guardó un minuto de silencio en memorias de las víctimas en el accidente aéreo en el que viajaba la expedición del equipo brasileño Chapecoense.