Los de Jesús Ángel Turiel acumulan cinco jornadas sin conoce la victoria y ya están décimos en la clasificación

Empate a tres frente al recién ascendido CD San José de Soria; empate a uno en casa frente al Almazán; derrota por dos goles a cero frente a la Cebrereña, derrota por uno a dos en casa frente a Unionistas de Salamanca; y la última, este pasado fin de semana por cuatro tantos a uno frente al líder, el Atlético Astorga.
Esa es la negativa racha que acumula el Atlético Tordesillas en las últimas cinco jornadas. Desde que ganara por dos goles a uno al Beroil Bupolsa en casa, el conjunto rojiblanco no conoce la victoria. Ha sumado seis tantos a favor desde entonces, por doce en contra, lo que hace imposible poder sumar de tres y acercarse a los puestos de play-off, que ahora mismo se encuentran a doce puntos, muchos más que los que separan a los de Turiel del descenso, cinco.
Aunque este último dato es matizable: la Cebrereña, quinto clasificado, se encuentra a ocho puntos del cuarto, la Gimnástica Segoviana, próximo rival del Atlético Tordesillas; además, entre el conjunto rojiblanco y el descenso se intercalan otros siete conjuntos.
Sin embargo, aunque matizables, esos son los datos objetivos y los números no mienten. El Torde acumula más partidos perdidos que ganados o empatados y más goles en contra (19) que a favor (14). Pero, ¿son los números lo más negativo que acumula el cuadro de Jesús Ángel Turiel?
Objeto de debate, cuanto menos, ya que, pese a que el equipo compite frente a todos, no rasca frente a los más complicados y no gana con facilidad a los menos complejos de batir. Compite contra Unionistas de tú a tú, equilibra el juego en la primera parte frente al Atlético Astorga… pero no acaba de hacer tropezar a los gallos de la competición. Por otro lado, pierde sin hacer un gol frente a la Cebrereña o el Almazán se marcha vivo de Las Salinas, que este año es menos feudo.
Las sensaciones, el juego desarrollado por el Atlético Tordesillas, están a la par de su rendimiento clasificatorio. El equipo, salvo tramos contados en cada partido, no encuentra un fútbol de poso, de tranquilidad, a la hora de sacar la pelota jugada y hacerla llegar hasta arriba. El Torde se precipita, juega acelerado, queriendo marcar el gol antes de atravesar la divisoria del terreno de juego, y esto se refleja en la cantidad de pases errados, pérdidas y balones en largo desde atrás.
El Atlético Tordesillas propone menos construcción elaborada, tiende a un fútbol más práctico que, hasta este momento de la temporada, no le está dando resultado. ¿Y por qué ha variado la forma, casi la identidad, del conjunto rojiblanco? El entrenador es el mismo y la columna vertebral de la plantilla continúa (léase Farolo, Lamas, Viti, Alberto, Adalia), pero algunas de las nuevas incorporaciones de esta temporada (Ruiz, Villa, Mato), de calidad contrastada, hacen que el juego también se haya adaptado a ellas, que sean foco del mismo.
Esto, que pudiera resultar positivo teniendo en cuenta su calidad, se ha tornado en algo negativo por la tendencia general del equipo a la precipitación, también presente a la hora de querer buscar las soluciones que ofrecen. El Torde ha pretendido adaptarse a ellos variando su ritmo de juego, lo que puede explicar, en parte, esta sensación de peor desarrollo de los partidos. Además, un hombre que venía a ser referencia del equipo –sobre todo si este apostaba por un juego más directo– como es Gustavo Terleira, no está teniendo la participación deseada.
En colación a la participación o no de ciertos jugadores, cabe destacar el ostracismo al que ha sido relegado Oli este año, un jugador fundamental la temporada pasada y que casa más con la idea de un juego elaborado y por raso que con la actual concepción del equipo. Otros hombres importantes otros años como Tiri, Héctor o Cristian, por distintos motivos, también aparecen menos.
Nada en el fútbol es consecuencia de una sola variante, pero sí que esa pérdida de identidad del conjunto de Jesús Ángel Turiel puede haber hecho que, más el juego que los resultados, no parezca el mismo y pueda parecer peor. Considerando, eso sí, que nunca el Atlético Tordesillas intentó rasear el cuero por sistema, sin saber adaptarse a las circunstancia del encuentro, pero sí que tenía una idea primaria de elaboración del juego y salida en toque por bandas que intentaba imponer cuando debía mandar.
Al fin y al cabo, si el Tordesillas derrota a la Gimnástica Segoviana este domingo podremos zanjar este asunto, al menos por un tiempo, aunque sea a través de esa propuesta que este año parece querer desarrollar Turiel con el Atlético Tordesillas, tan válida como cualquier otra si el resultado llega, que al final es lo determinante en el fútbol.