El entrenador del Real Valladolid dio entrada en el descanso a Markel y a Sergio Marcos pero sus cambios no tuvieron ningún efecto

No se puede decir que Paco Herrera no lo intentase. Salió de primeras con la que se supone que, ante las bajas que tiene el equipo, es la alineación tipo del Pucela. Pero algo no iba bien. El equipo empezó dormido. Quizá los placenteros veinte grados que marcaba el termómetro relajaron en exceso a un Real Valladolid que vio como cuando transcurridos apenas un par de minutos, ya se le ponía el partido en contra.
Después de los primeros quince minutos de modorra, empezaron a mejorar ligeramente los futbolistas blanquivioletas que, no obstante, no tuvieron su día. Pocos son los jugadores que se pueden librar de la quema este sábado. Herrera era consciente que tal y como se estaba desarrollando el partido eran necesarios cambios.
El descanso le dio la oportunidad al preparador catalán de realizar las permutas que consideraba pertinentes para cambiar el signo del partido, o por lo menos intentarlo. Markel Etxeberria –que debutaba en liga– y Sergio Marcos entraron al verde en detrimento de Lucho Balbi y Joan Jordán, respectivamente. Como reconocería más tarde el técnico, ambos cambios corresponden a variantes tácticas y nada tiene que ver con lesiones (aunque el argentino arrastraba un virus).
Paco Herrera lo intentó pero no funcionó. Etxeberria entró a pie cambiado; jugó de lateral zurdo cuando su puesto está en el diestro. El objetivo que tenía la entrada del vasco en el césped era la de aportar mayor (o alguna) profundidad a la banda izquierda que, en la primera parte, estuvo casi desértica de blanquivioletas –hoy negros-. Por otro lado, la variante que introdujo en la medular buscaba explotar la mayor movilidad ofensiva de Sergio Marcos fijando aún más a Guitián como cabecero de la defensa. Pero agua.
Ambos jugadores fracasaron en sus misiones. Apenas se pudo ver tanto a Sergio Marcos como al lateral vasco en acciones ofensivas. La banda izquierda siguió estando vacía y el centro del campo tampoco era capaz de elaborar jugadas y conectar con efectividad con los de arriba.
«Con los de arriba» es un eufemismo. Juan Villar estuvo desaparecido durante casi todo el partido, solo tuvo un par de chispazos y De Tomás tampoco tuvo su día, aunque lo intentó. El onubense se tuvo que retirar tocado en el 62′. En su lugar entró Drazic que fue, junto a Michel, una de las notas más postivas del equipo.
Curioso, pero cierto. El cambio que fue obligado por lesión fue el cambio más acertado del partido. Cosas del fútbol. El serbio se movió bastante bien por la zona ofensiva y gozó de una clara ocasión para anotar, pero su disparo se marchó lamiendo el poste.
El detalle de ‘El Detalle’: el Real Valladolid no realizaba dos (o los tres) cambios tan temprano desde un infame seis de marzo de 2016 cuando Portugal tuvo que retirar por lesión a André Leão en el minuto once y a Rennella y Del Moral en el cuarenta porque, como dijo más tarde, se equivocó de planteamiento. Aquél día el Pucela cayó 0-1 contra el Huesca.