Hacía mucho que en Zorrilla no se corea el nombre de un canterano como sucede con el de Talavera. ¿Es merecido o por el contrario se esta exagerando?

Si uno echa un vistazo al pasado reciente del Real Valladolid verá que no son muchos los nombres de canteranos que destacan. El último gran futbolista en salir de Los Anexos para llegar a ser una de las estrellas de la Liga BBVA fue Sergio Asenjo, pero desde aquello ya ha llovido mucho.
Desde que el cancerbero palentino dejó cinco millones en las arcas de Zorrilla para marcharse al Atlético de Madrid, varios han sido los jugadores que han llamado a la puerta del primer equipo, aunque sin derribarla. Los Jorge Hernández, Guille Andrés, Lolo Plá, Quique, Rubén Peña o Tekio lo intentaron pero, por hache o por be, no lo consiguieron.
Algunos de ellos, como son los casos de Quique y Rubén Peña prosperaron tras dejar Pucela y llegaron por otros caminos a la élite del fútbol español, aunque en ella solo se mantiene este último (dejando a un lado a los vallisoletanos Escudero y Héctor Hernández). Esto no hace más que probar que, aunque la afición albivioleta se enfade, no todos los canteranos sirven.
Sin entrar en este embolado de si los chavales del Promesas sirven o no, el tema está en que el Real Valladolid llevaba casi diez años sin sacar provecho de su equipo B, hasta este curso. Hasta que han llegado Ángel y el nuevo niño mimado de la afición, José. El polivalente atacante, que lleva en la disciplina vallisoletana desde juveniles, ha deslumbrado con su juego y sus goles hasta el punto de convertirse en pieza clave en el esquema de Paco Herrera.
Si bien Los Anexos si han conseguido sacar porteros en los últimos años –casos de Javi Jiménez o Asenjo– no ha pasado lo mismo con jugadores de campo, ya que en los últimos cursos, a excepción de Ángel, ningún jugador ha pasado del filial al primer equipo de forma directa, sin cesiones, y menos aún con la regularidad que está teniendo el talaverano.
Para remontarnos al último caso de canterano que asciende de equipo y se mantiene con los mayores habría que remontarse a la temporada 2004/05 cuando Álvaro Antón participó en dieciocho partidos ligueros acumulando un total de 832 minutos y tres goles. Otros símbolos de la cantera como Rafa, Jesús Rueda o Baraja tuvieron que salir cedidos en busca de minutos para después asentarse en el Real Valladolid.
José, que ha sido titular en ocho de los nueve partidos que se han disputado, ya acumula casi tantos minutos, 681, como acumuló en su día Álvaro Antón y lleva los mismos goles que el burgalés, tres. Con este bagaje, ¿se puede decir que José Arnaiz está siendo o, directamente, ya es el jugador más productivo de la cantera en lo que llevamos de siglo?

Sin duda, la respuesta es de lo más compleja. Pese a que la competición no ha hecho más que empezar y el manchego solo lleva nueve partidos en Segunda División, lo cierto es que sí se puede decir que va camino de ser el canterano con mejor transición del filial al primer plantel. Sus tres goles y su peso en el juego blanquivioleta están siendo muy impotantes para que el conjunto de Paco Herrera sume puntos.
Sin embargo, en este siglo, si hay un jugador de campo, ilustre y criado entre Los Anexos y la Residencia, ese es Óscar González. El mediapunta salmantino fue la última perla que de verdad consiguió hacerse un hueco en el primer equipo sin necesidad de salir fuera. Lo hizo a una edad menor que la de José, que tiene veintiuna primaveras. En la temporada 2001/02, el otrora diez y mago apenas tenía diecinueve años y debutó con el Pucela y en Primera. Esa campaña acumuló 713 aunque no anotó ningún tanto.
Cuando tenía la edad que tiene ahora el de Talavera de la Reina, Óscar completaba ya su tercera y última temporada –de la primera etapa– con la elástica de color blanca y violeta. Titular indiscutible, sumó 33 titularidades y 2.848 minutos para conseguir transformar diez dianas. El descenso del Pucela en el 2004 propició la marcha del canterano que, a cambio, llenó las arcas del Zorrilla.
Es, por tanto, complicado sacar una conclusión de todo esto. Por un lado, si José no baja su rendimiento y continua en esta línea, efectivamente puede llegar a efectuar una de las mejores transiciones entre filial y primer equipo de la historia del club afincado en la Avenida del Mundial del 82.
Por otro lado, necesitará hacer una temporada sobresaliente, o, mejor dicho, más de una, para poder equipararse con grandes mitos blanquivioletas como Óscar, Benjamín u Onésimo Sánchez que arribaron a un Real Valladolid que competía en Primera División y en donde consiguieron hacerse un hueco que solo dejaron cuando otro club puso sobre la mesa una oferta irrechazable para el Real Valladolid.